lunes, 28 de diciembre de 2015

Primera carta a noveles docentes.

                                                                                                        Rosario, 28 de diciembre de 2015.

Hace tiempo que quiero escribir una carta a mis colegas en esa primera etapa de su socialización profesional, en el preciso instante del  encuentro con sus primeros  alumnos, en esa nueva perspectiva de ver el mundo en sus respectivos entornos y en sus tareas.

Ya no pueden descansar en quienes los acompañaban en su formación, ahora tendrán que buscar sus propios maestros, “porque aquel que quiere aprender encuentra maestros a cada paso” decía alguna cita, muy válida por cierto, porque de allí en más todo es contenido, los libros, los diálogos con los colegas, las charlas con amigos, todas las relaciones humanas con sus pasiones claras y oscuras, las experiencias de vida, los cursos, los libros, los comportamientos ciudadanos, las verdades, las mentiras, las hipocresías, los pequeños y grandes odios, los amores…

Aquí y ahora, cien, doscientos, quinientos, ojos los miraran y ustedes no podrán hacerse los desentendidos, aquí y ahora los adultos son ustedes, los maestros son ustedes y les guste o no, ustedes están al frente y lo que hagan o no hagan será objeto de crítica. Desde este lugar es natural que vean  las personas y los objetos en forma muy  distinta que desde  el  banco, de la mesa del  taller o desde la cancha o el  gimnasio. Aquí y ahora, los  que se comen  las “eses” son ustedes y no pueden apelar a un tercero por sus equivocaciones. Con este baño de humildad inicial es bueno inquietarse un poco, pero no al límite del miedo, porque con miedo ustedes tampoco aprenden, de lo que se desprende que lo que les pasa a uno probablemente les pase a otros, es decir a sus alumnos, lo que nos lleva a una modesta conclusión, para aprender es necesario crear climas y ambientes saludables.

Al comienzo –me incluyo- tenemos cierta atracción a la técnica expositiva, llegando a ciertos excesos en las explicaciones, tomamos un protagonismo desmesurado, con cierta vanidad creemos que todo lo tenemos que hacer nosotros, hablamos demasiado y creemos que nuestro auditorio puede asimilar en una hora – de largo y aburrido parloteo- consignas, conceptos, teorías…, una sugerencia, explicar solo lo necesario, los alumnos en una clase solo puede recordar de  tres a cinco conceptos o aspectos de  todo lo que presentamos, y esto es así, si en la misma clase y en clases posteriores lo repetimos más de tres veces…, tal afirmación no implica  subestimar a nuestros alumnos, es una realidad sobre nuestra capacidad de asimilación.

La causa es aprender, “para entregarse a una causa hay que estar consciente que esta es de todos lo que la llevan a cabo” dice el I Ching,  es oportuno agregar que en esa causa todos  somos socios, de tal suerte que, cada cual debe hacer su parte.

Si bien un maestro es un facilitador, entendiendo esto como un organizador y guía  de los obstáculos del aprendizaje, no se confunda este apartado  con hacer todo fácilmente, por el contrario por momentos la tarea es ardua y dura. Entre el facilismo y la exigencia, prefiero esta última, ya que supone un respeto y cierto optimismo sobre las capacidades de nuestros alumnos.

Es una grosera equivocación de nuestra parte  presumir ignorancia de quienes esperan enseñanzas, no nos quejemos pues de una supuesta pobre formación y de  otras carencias, comencemos a trabajar desde donde estamos, de allí en más todo será ganancia.

A veces tenemos una ilusión vana, confiar demasiado en la didáctica, como si esta  fuera el saber más importante, como si todo abarcara sus dominios y todas las disciplinas se subordinaran a sus influencias. La desmesura de la didáctica a veces aleja
a los alumnos del interés más genuino, tantos procedimientos nos privan  de la aventura y el asombro.

Podemos discutir si aprendemos en soledad o en equipo, es deseable apelar a ambos, escribir, producir un texto  por ejemplo parece ser un proceso individual aunque después –su producto- se puede compartir en un colectivo, mientras que los procedimientos democráticos solo son  posible aprenderlos en equipo.

A esta altura es muy apropiado aclarar que las evaluaciones no son el juicio final, deberían ser menos judicativas, más cualitativas, más orientada a los procesos que ha ciertos resultados.

Un docente debería diluir todo tipo de personalismo, el egocentrismo, el alarde de cierto conocimiento pueden encubrir  un mensaje autoritario, deberían brillar más los alumnos, el verdadero brillo de los docentes es a través de ellos.

Los saludo afectuosamente aprovechando la oportunidad para desearles un nuevo año de grandes y desafiantes  proyectos.




martes, 22 de diciembre de 2015

Dodecálogo Existencial.





1.       Si hacemos, esperamos.

2.       Los recursos y los materiales aparecen cuando se descubren las necesidades.

3.       Desnuda alguna creencia y encontraras el miedo a la incertidumbre.

4.       La ingenuidad es un argumento poco creíble.

5.       Todos tenemos un relato.

6.       Hay muchas clases de mentiras, entre ellas:   la exageración, el ocultamiento y las verdades  a medias.

7.       Las decepciones son una avenida de doble vía. Nos decepcionan  y decepcionamos, y en el cantero central observando  están las expectativas.

8.       A veces  somos minoría, asumirlo es todo un ejercicio democrático.

9.       Somos creíbles si sostenemos lo que decimos, pensamos y hacemos.

10.   Las serpientes  renuevan su piel, nosotros las creencias.

11.   Los  personalismos  son  patéticos.

12.   Las palabras se vacían cuando no se corporizan.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Poética del mar.



            ***

Cascarita de nuez
barquito de papel
junco flotante,
el  hombre pequeño
y el mar que lo lleva
a lo insondable.

            ***

Arenas – cenizas del tiempo-
montañas de historias en las playas.

            ***
Murmuran las olas
-chismes de un instante-

            ***
Marea alta, marea baja
la ley de los cambios.

            ***



sábado, 19 de diciembre de 2015

Distancias.



Hay una distancia entre
el silencio del viento
y los rumores que descifro

Hay una distancia entre
tú y yo y entre nosotros
y los amores de aquellas cercanías

Hay una distancia entre
lo real y lo imaginario y aquellos
símbolos que  no describo

Hay una distancia
entre lo que construyo
y los valores que le asigno

Hay una distancia
entre presencias
ausencias que viven

pero allá adentro, muy adentro
todo se mezcla
y a veces se confunde

los ojos del afuera no sienten
los de adentro todo lo perciben

aun las ignorancias de lo no sentido

lunes, 30 de noviembre de 2015

El territorio de la memoria en estos días.



Ayer la frontera de la memoria
estaba en la vereda,
hoy están en la otra esquina
y en otro tiempo de la vida,
cada vez que bajo al río
cambia su geografía,
cada vez que me despierto
es distinto el día,
algunos mienten otros se olvidan
hay quienes admiten
un problema de sincronía,
siempre el presente determina
siempre es importante
la distancia del que mira.


viernes, 27 de noviembre de 2015

Santos Mandatos Batman.



He cometido pecados terribles en la escritura, he omitido algunos tildes, grave falta  de ortografía –si las hay-, palabra que para un malintencionado como yo, ya está subida de tono. No deseo por ello ir al infierno de las letras, ni ser considerado un infiel de los –“Santos Mandatos  Batman”.

No sé porque siempre preferí la semántica, y los verbos más que los sustantivos, aunque tuve algunos problemas con ciertas conjugaciones, en mi caso las acciones siempre sobrepasaron a las descripciones, toda una definición ideológica.

No es políticamente correcto admitir esta actitud revolucionaria de mis letras, desde aquí en más seguramente seré investigado en la web por estas expresiones.

Me gusta ver las palabras en movimiento, como juegan y saltan en el renglón, tengo una actitud lúdica con ellas y hay muchas que me seducen en su desnudez inicial;   es un placer acompañarlas en sus tránsitos aeróbicos y hasta cuando hacen una pausa en cualquier lugar con una simple coma –como diciendo- “pido gancho”. Me atrae su impostura cuando intercambian el orden y modifican  un  sentido y ese juego  a las escondidas   en aquellos laberintos.


Mis letras se criaron en el barrio y no en la escuela, hasta mi biblioteca estaba afuera, también pública, pero en el borde de ese territorio de lo informal, aquellas hojas crecieron de noche, en la sequedad de mis desiertos. Ella es mi  amante fiel, compinche de mis faltas de ortografía.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Adendas.



Hacemos enmiendas de los tránsitos, renovando los mapas de los primeros viajes, cuando aprendimos a volar hacia aquellos horizontes, aclarando que esa  técnica nos llevó algunos años. Desde la práctica nos dimos cuenta que el viento era un participe  importante, que varias tormentas nos alejaron de algunos lugares que deseamos.

A los decires y sentires, a los puentes de aquellas relaciones que hacemos los humanos, hacemos algunos añadidos a los viejos escritos, una re-escritura de intensiones que descubrimos en ese tiempo,  cuando tomamos agua en un descanso, en los remansos de nuestros ríos de torrentes y de saltos.

Hacemos nuestra fe de erratas de los  verbos mal conjugados de algún error de ortografía, de alguna palabra que se nos ha escapado, que al fin de cuenta nos dimos cuenta que  podemos vivir con ellos sin necesidad de suicidarnos.

Sirva esta carta adicional  para dejar registro de ricos hallazgos, después de sostener ejercicios de mirar y de mirarnos, de  practicar un darse cuenta, algunas cosas nos regala la conciencia de uno y de la cosas, jugando entre el adentro y el afuera, integramos esa apuesta a la esperanza.


Añadimos  algunas excepciones, detalles específicos de logros y des-encantos. Agregamos un documento cuando negociamos otras estrellas,  porque algunas se nos han apagado por no poder resistir la luz de los argumentos y otras premisas que encontramos.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Ejercicio de escultura Nº 10.

Título: Imaginación
Autor: Horacio Alberto Giardini
Maestro: Carlos Cantore
Materiales: Madera- Cartapesta





viernes, 6 de noviembre de 2015

Sentir y contar.



yo a veces pude decirte lo indecible
el nivel de mi dolor en esa lágrima vacía

yo a veces puedo darte  el lápiz de mis secretos
aquel tintero invisible de mis deseos

yo a veces hago  en “cartapesta” mis poemas
modelando tira de papel sobre tira de papel

yo te siento en los días claros y en los oscuros
en la argamasa de aquellos sentimientos



jueves, 5 de noviembre de 2015

Entre.



entre sueños el viento susurraba
entre los vidrios de la ventana

entre páginas blancas –mis sábanas-
yo me dormía y me despertaba

entre renglones de neblina
se escondía la palabra

entre las manos
algo se me escapaba

entre un aliento y otro
la vida se ocupaba

entre dos silencios

el amor nos hablaba

viernes, 30 de octubre de 2015

Imaginación.

                      

Yo también vivo
de las vidas prestadas
de aquellos cuentos,
de ese navegar
del intelecto y los afectos,
de aquellas realidades
que no veo, ni toco, ni peso,
los hilos invisibles de la materia
el movimiento sutil
de las profundidades de mi cuerpo,

la sabia sonoridad de los silencios.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Cuando tengo los fósforos mojados.



No sé si es la tristeza
o los  caprichosos de mis  deseos,
el invisible oráculo de los papeles blancos,
tal vez esa  llovizna de tinta
-el llanto  de los  silencios-
la inquietud que tengo cuando duerme el viento,
por eso vuelvo a los signos
a  los tiempos de la espera,
a la  palabra germinada
en el dolor de los desiertos,
es importante ser constante
hasta que  el ánimo aclare
o se haga luz el sueño



lunes, 26 de octubre de 2015

Portales.



Yo no sé por qué puertas hay que pasar
para llegar al palacio de las virtudes elegidas
que como toda humanidad no son del paraíso
-cuidarse de esta manera-
del desasosiego de las (des) ilusiones
tampoco sé en qué orden ni el número de los umbrales
cuando será el acto formal de mi consciencia
aquel registro, aquella subjetiva evidencia
aquel comprometido e incompleto darse cuenta
siempre habrá dudas  con las certezas
sólo sé que todo hallazgo necesita su deseo
más todos buscamos distintos anhelos
respetando elecciones,  algunos no buscan nada
los accesos son únicos, diversos, distintos
los paisajes los destinos las cargas y los alivios
llegar no se llega se transita a un horizonte
esas lejanías para unos están en el norte o en el sur
y hay amigos por el este y también por el oeste
-lo importante es ser coherente  en el andar-


viernes, 23 de octubre de 2015

Lugares de mi casa.




Uno es y hace su morada,
habita y deshabita los lugares
siente en las arterias aquellos pasos,
parecido a un río en sus remansos
merodeando por los cuartos,
mágicos, amorosos, solitarios,
fríos. cálidos, oscuros , claros…
logros, ilusiones, desamparos,
muebles y objetos que cambiamos
al  rebelarnos de costumbres y desganos,
renovaciones, refacciones, nuevos cuartos
-imagina todos los escenarios-
pinta los ánimos, los  interiores
el frente, el fondo, el patio y los costados
desprendernos de las cosas que ya no usamos,
el cuerpo en acto hace su teatro
en la escenografía que nos han montado
actúa sin ensayos, cuenta y expresa y se hace cargo
de la urdimbre de sus hilos entramados,
con todos los colores de las estaciones
en todas las geografías de sus años,
podemos mudar por cien casas
pero el cuerpo –esa casa- siempre a nuestro lado,
abiertas están todas mis ventanas
miran hacia afuera mis paredes lisas y rajadas –esta piel-
me expongo más allá de mis umbrales
mis sentidos se acercan a tu casa,
a la aldea, a los otros

a esta variada humanidad que nos iguala.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Palabras de la hija al nacer.


                                               A Belén
Los llevaré en el rostro
en aquellos rasgos,
los llevaré en el nombre
que me den,
los llevaré en el gesto adquirido
de los verbos compartidos,
los llevaré en la chispa
amorosa de mis inicios
y yo con todo ello
haré nuevas cosas
y seré   digna hija
autónoma creadora.



lunes, 19 de octubre de 2015

Cuenta cuentos.



De tanto contar mis cuentos
no sé cuáles son reales y cuáles de fantasía
si fueron ciertos los de hoy
o falsos los del otro día

se me mezclan la verdad y la ilusión
la noche y el día
pero puedo partir de ellos
para cualquier travesía

¿habré vivido aquella historia
o es fantasía?

de tanto contarlo
puedo creer que sueño
de tanto contarlo
puedo creer que despierto

si me duerno
estoy viviendo el cuento
si despierto  hablo del cuento
que fue mi sueño

la conciencia es esta atención
de lo que cuento
si tengo los ojos cerrados

si tengo los ojos abiertos

viernes, 16 de octubre de 2015

Signos



Una coma puede alterar algún origen,
un punto puede cambiar el relato,
un paréntesis ser el refugio más cálido,
un espacio en blanco  tu mejor salto,
entre escribirte y leerte respira tu mundo,
contando fragmentos de tu historia
encontraras sentido a los claroscuros,
cuando se expande o se retrae

el  universo de tu casa

jueves, 15 de octubre de 2015

Memorias (Versión aproximada).



A diferencia de “Funes el memorioso”, García recordaba poco, tuvo el firme propósito de juntar sus fragmentos, no  le servía preguntar a los otros las señas de su tiempo.
Acumulo pequeños eventos incompletos y fue trazando un mapa, mejor dicho, un bosquejo conjetural de sus momentos, curiosos borradores que fueron quedando impresos.
Aquellas historias mínimas fueron modelando biografemas que le resultaron  de gran provecho, entre un soplo y otro de ese tiempo y a destiempo, tardíamente lloraba o se ponía contento.
El relato se fue construyendo a medida que escribía o hablaba en su dialogo interno, elegía las palabras, borraba los excesos, y un extrañamiento le aparecía  cuando leía los textos.
En los océanos de sus memorias,  por los mares reales, simbólicos e imaginarios que navegó, en cuatros islas de sus tesoros, puso  faros que alumbraron su entorno, y empezó a ver en el cielo de su firmamento  una pequeña vía láctea de  luces, puntos blancos sobre un fondo negro, chispas, faroles,  pequeños  fuegos, una versión de sus momentos.


sábado, 10 de octubre de 2015

Cantoamigo.
Al Conjunto de Cámara “Cantoamigo”
en  sus  veinticinco jóvenes años.

Si pudiera cantar le cantaría
los piano de mis silencios
el “Ave María” de aquellos conciertos,
las misas de los ángeles despiertos,
si pudiera cantar le cantaría
el sosiego o la exaltación que siento
la nota que vibra y   goza por dentro,
si pudiera cantar le cantaría
“La noche”  “El  gondolero”
“Se equivocó la paloma”
“Ojos claros serenos”,
si pudiera cantar le cantaría
él ”Aleluya” a sus encuentros,
si pudiera cantar le cantaría
el toque sutil, la caricia
la entrega amorosa de sus esfuerzos,
yo solo rimo lo que imagino
cuando ellos cantan sus deseos
esos perfumes que flotan por un tiempo,
los miles de paisajes que transmite
el diapasón de sus anhelos,

si yo pudiera cantar le cantaría...

miércoles, 7 de octubre de 2015

Dados.



de alegre cara
o triste  lado,
comedia y tragedia
de  quehaceres humanos,
los dados cargados
-artificios del hombre-
de pares o impares
de negros o blancos
de suerte o espanto,
...si vienen mezclados


jueves, 1 de octubre de 2015

Gerundios



Amo aquellos verbos
que están en movimiento
caminando, corriendo, jugando…
andando, mientras tanto…
escribiendo no pienso
pensando me estoy leyendo
haciendo voy disfrutando
diciendo y rimando
sintiendo, sintiendo, sintiendo
voy amando, voy amando…



miércoles, 30 de septiembre de 2015

Aquellos lugares.



No dejo flores ni piedras
me alejo de los mármoles,
no tengo cenizas en el pecho,
guardo sí, aquellos objetos,
un mate de madera
que vivía por la tarde
de los recreos
la bombilla de plata
con cobre en los extremos,
esa que uso hoy
en los días de mis silencios,
tu escritura que ha quedado
congelada en fotos de palabras

letras de mis recuerdos.

martes, 29 de septiembre de 2015

Merodeando tus ánimos.



Cuando alguna vez paso
por el umbral de tu cansancio
no me animo a golpear la puerta,
la casa  tiene tus cuartos apagados
hay un silencio de papeles blancos,
aquella nieve, aquel viento
un espejo de mis fósforos mojados.



lunes, 21 de septiembre de 2015

Anatomía Experiencial: Ejercicio 1 “Narrativa biográfica de mi corporeidad”



Es difícil precisar exactamente las coordenadas del cuerpo vivido y la conciencia, ese cruce de caminos, ese encuentro, el registro del asombro y sus  misteriosos hallazgos, cuando uno se empezó a mover en este mundo, el instante en que el cuerpo empezó a tener  historia. Diacronía y sincronía de nuestros tránsitos.

Hago esta dulce tarea de a sorbos, saciando esa sed gustosa de la escritura. Buscando lentamente cuándo mi atención tuvo memoria, mirando el universo en la noche, buscando en la contemplación – lejanas estrellas-   que aún mantienen el titilar luminoso de mis recuerdos, grabar en la fragilidad de un lápiz esa  grafía que relata el  diálogo  con el ayer y el aquí y ahora, con las  metáforas y cuentos que uno vive y/o se  inventa y que afirma y firma al final de esta hoja. La charla de esta narrativa con los inicios de aquella identidad.

Yo tenía en mi niñez una fascinación por la velocidad, el riesgo y la aventura. Las experiencias motrices significativas tuvieron un comienzo intuitivo,  era el primero en alistarme en una  contingencia osada, aprender era una inmersión completa en la práctica. Cierta vez –a la carrera- me corté con un gancho de hierro enclavado en los bordes de la cancha del club Sportsment Unidos de Rosario, a tres cuadras de mi casa, el corte terminó con once puntos en la Cruz Azul de la Calle Pellegrini, al otro día ya  estaba en la iglesia del Pilar con  el  vendaje correspondiente tomando mi primera comunión. Este fue el primer indicador de mi fruición por la actividad física, confirmado más tarde con algún desgarro en rugby, un esguince en handball y recientemente con  otro corte de unos  10 puntos en la cara interna del muslo izquierdo, haciendo trabajos de escultura - amoladora de por medio- . No obstante estas pequeñas vicisitudes, el placer siempre superaba ocasionales lesiones,  a las que siempre consideré como “gajes del oficio”.

El Club Temperley daba a la medianera de mi casa, tenía, su clásica cancha de básquet, un escenario para los espectáculos de baile en el vértice, sillas y mesas de madera tipo tijera, y su clásico buffet. Allí desafiaba a cualquiera a correr de baranda a baranda, por aquel entonces  tuve  una larga  ambientación en  el básquet, aunque no llegue a ser jugador.

Para mi aquellas vivencias eran plena diversión, desde hacer los amortiguadores de los autitos de carrera hasta imaginar un velódromo en la vereda, o hacer un karting con rulemanes viejos y algunas maderas. Tenía y tengo con los juegos motores una relación carnal, la agitación en mi pecho, el fluir de la sangre, la transpiración, la excitación del peligro, la satisfacción de un logro, un entusiasmo que desbordaba mis apetencias.

En la calle jugábamos al “Hoyo pelota” con su “capilla 3” y fusilamiento, la pelota era de trapo o una “pulpito” que abarcaba en una mano. El tranvía ( Nº4) era una atracción especial, yo  lo corría y lo tomaba a plena marcha subiendo por detrás, rápidamente tocaba el pulsador  de la campana antes que el compañero del “Motorman” me expulsara, Completaban aquellas hazañas estaba  de adrenalina y éxtasis, las caídas en patines y la bicicleta sin manos.

Manipulaba objetos, juguetes y herramientas, mi padre comerciante dedicado a la compra-venta tenía un galpón en alquiler para su oficio, allí  separaba una montaña de metales, cobre, plomo, aluminio, bronce y otros, motricidad fina que requería cierta destreza, aquello para mí no era trabajo sino una  recreación, También subía y bajaba de los camiones o de un jeep  comprados en los remates del ejército. Entre otros  estímulos saltaba entre  altas pilas de postes de quebracho y fardos de varillas que se compraban en las provincias del norte. Tales competencias  con las herramientas eran también un entrenamiento que  hoy en día sirven  para mis ejercicios de escultura.

En la adolescencia  había cambiado de barrio aunque permanecía en la república de la sexta, ahora vivía en Alem y Viamonte, en el barrio y con la barra del vecindario jugábamos a un fútbol de potrero con una  pelota de cuero  engrasada con sebo de carne vacuna, deporte en el que no me destaqué. 
En el verano hacia de peoncito de mi padre en las vacaciones del colegio, fletero de gaseosas con un Bedfort 50,  llevando los cajones individuales de” Pepsi Cola”  o los  familiares de Paso de los Toros. Estas sobrecargas formaron mi cuerpo en fuerza y resistencia – cualidades de todo trabajo no tan especializado.

Mi madre decía,  “Un abrazo de Horacio es un moretón” indicador de que mi tono muscular era elevado, coincidente  un amigo afirma: ”Cierra la puerta del coche y la hace giratoria”.

Las clases  de Educación Física  me facilitaron el aprendizaje de la  natación; privilegio de la Escuela Comercial Manuel Belgrano y del Normal Nº3 que tenían el lujo de contar con una pileta de natación climatizada y un gimnasio cubierto además de grandes patios de escuela estatal donde disfrutaba del Handball  haciéndolo con entrega, vehemencia y pasión. El Prof. Brasesco nos daba clases de Gimnasia Correctiva.

Al enfermar mi padre me hago cargo de su trabajo, fletero de Igam,  una empresa que vendía artículos para la construcción, allí conocí lo obrajes  y con Colazo y Toranzo –peones quizás olvidados- me ganaba  los fletes como camionero y a ello le sumaba  el jornal como obrero, estibando cientos de bolsas de cemento blanco de 50 kg y piedras para mosaicos, otra asistemática sobrecarga.


Por el terciario, las experiencias motrices se amplían en el profesorado, mi inclinación visceral se orientaba a  los deportes de equipo. Fuera de la formación y más por condiciones que por gusto, hacia Atletismo en el Club Provincial dónde participé en torneos provinciales de jabalina, bala y cien metros llanos. Más tarde federado en Rugby.

En la adultez avanzada, las técnicas corporales, el Tai Chi, la Natación, el Yoga y Snorkel en algunas vacaciones. He aquí las huellas y las marcas, el adn de mis energías y entusiasmos.



sábado, 12 de septiembre de 2015

Si algunos hombres fueran inmortales.



“…Todo, entre los mortales, tiene el valor de lo irrecuperable y de lo azaroso. Entre los inmortales, en cambio, cada acto (y cada pensamiento) es el eco de otros que en el pasado lo antecedieron…” Jorge Luis Borges.

Por otras razones serían como nosotros,  incompletos, tal vez la sorpresa y el asombro le estuvieran vedados. Me lo imagino con ojos fríos, sin la necesidad de agrandarlos.
¿Qué relación tendría con ellos el aprender? ¿Tendría sentido la  poesía? Sin incertidumbres tendrían que soportar el tedio de repetirse y un sufrimiento terrible y perpetuo, la pérdida al infinito de sus amores.



lunes, 7 de septiembre de 2015

La emoción oculta.



Yo no puedo decir que ella o él mintieran
a veces es difícil encontrar la herida interna
la raíz de los somáticos efectos
en las frágiles e inestables vigilias

Yo no puede decir que ella o él ocultaran
el origen de lo que no sabían
la propia carne ignora por donde andan
o se ocultan aquellas energías

yo confío en los naturales equilibrios
en el péndulo de los días
de lo contrario mi cuerpo se amolda
a la terapia de mis signos de ortografía

será cuestión de anotar los registros
en alguna forma de narrativa
recurrir a la alfabetización artística,
la angustia es universal, la mirada es personal

esas emociones son un río que circula
algunos rodeos se estancan en la orilla
o el agua lleva la infinitesimal sustancia
de las primeras pérdidas y pesadillas

el libro de los cambios mis ánimos varía
indago en ellos más allá de mi química
según los días mi cuerpo  dormita
y en otros despierta lleno de vida

ella o él en estas cuestiones
nunca podrán ser altruistas
conceptos y valores
son de nuestra propia alquimia

en el complejo mundo de relaciones
yo los respeto a ella y a él
porque dicha virtud

es una calle de doble vía

viernes, 4 de septiembre de 2015

Lo amoroso.



En los laberintos de la noche
descansaban  - de a ratos-
los inconvenientes de la experiencia
hasta que me tocó tu suave intimidad
aquella amorosa y relajada saciedad
y me sentí libre de los miedos mortales
y me dormí ingrávido y liviano.



jueves, 3 de septiembre de 2015

La relojería.



Los relojes nuevos
duermen su siesta
a las diez y diez de la mañana
-algunos antes de sus ventas-
¿simetría estética?
¿mercadotecnia que administra
sus instantes?
“cuando el tiempo era otro” *
esos soldados de distinta talla
estaban firmes en sus doce.

*Referencia del libro: Cuando el tiempo era otro. Una historia de infancia en la pampa gringa de Gladys Onega.



sábado, 29 de agosto de 2015

¿Por qué? y ¿para qué?



Escribo:
porque me hace bien
porque es un estímulo para la reflexión
porque me leo
porque no podría vivir si no lo hago
porque me “piace”
porque creo ser mejor cuando escribo
porque juego y pongo el cuerpo
porque es dónde mejor me defino
porque muevo mis manos y mi cerebro
porque me ayuda a pensar
porque a veces me sana
porque me acompaña cuando estoy bien o mal
porque de este refugio -a veces- me fortalezco
porque puedo entenderte y entenderme
porque tengo el respaldo de tu espejo
porque puedo poner un espacio
entre mi deseo y el movimiento

Escribo
para entender tu tristeza más remota
para desnudar mi insomnio
para alumbrar mis sombras
para degustar lo que amo
para hacer desde aquí una estrategia
para pintar otro horizonte
para aprender,  enseñar y cambiar pequeñas cosas
para transformar un grano de este mundo
para alentar la esperanza
para dejar la estela de un viaje
para encenderme y encender algunos fuegos
para ser riguroso en este arte
para decidir mis cosas esenciales
para sembrar y sembrarme
para soportar aquellos montos de ansiedades
para creer que resuelvo algo

para no olvidarme de la aventura de mi infancia

viernes, 28 de agosto de 2015

Depredadores



Existe un flora de vivientes peligrosos
entre ellos, los vampiros de la sombra
salvajes detractores del  adentro y del fuera
también aquellos grandes tiburones
que huelen sangre con iguales apetencias,
la lista es mucho más extensa:
el águila imperial, el lobo,
los caranchos -de aquí cerca-
el hombre tiene primitivos parentescos,
mientras la justicia peca
por la falta de consecuencias
de las acciones de cualquiera



viernes, 21 de agosto de 2015

¿Qué sería sin poesía?



la intemperie perpetua,
el desierto adolescente de mis soledades,
el triunfo de las flores de plástico,
un  bosque consumido de aquellos fuegos,
un barco amarrado –sin viajes-
un conjunto de hábitos maltrechos,
caprichos repetidos-consumos diversos-
un inconsciente sin sueños,
el suicidio de los mitos,
la negación del deseo,
una conciencia sin aprendizajes,
palabras sin matices formas ni colores,
una vida sin amores ni desvelos,
un cementerio de preguntas,
la muerte de todos los juegos,
un cuerpo abandonado,
un movimiento mecánico -sin anhelos-
una biblioteca de papeles amarillos,
el olvido de la niñez,
una piel de astillas y asperezas,
las durezas de las intransigencias,
la conquista de los “famas”,
la existencia sin refugios,
la ausencia de aquellas ternuras,
la aridez en los jardines de afectos,
un horizonte sin magias ni esperanzas,
la destrucción de la balanza,
la victoria de los cazadores,
el mundo sin artistas ni artesanos,
la ignorancia y la pobreza emocional,
un planeta insoportable,
un sótano repleto de fantasmas,
las perezas de hacer y cambiar algo,
el fin de los sentidos…


sábado, 8 de agosto de 2015

El cuaderno blanco.



mira sus versos
nadie le dicta
aquellos silencios

esas dudas
están escritas
en el techo

ha plagiado el ímpetu
la búsqueda vana
las necesidades y sus ganas

un fantasma calla
de blanco
en su página



lunes, 3 de agosto de 2015

Poema del buen dormir (?)



Invoco a los guardianes del buen dormir
homeopáticos alopáticos y naturales,
a todas mis terapias pasadas y presentes,
a la claridad –cuando acontece-
del  sentirdecirhablarpensar de  un solo verbo,
al praná de una respiración serena,
al silencio de aquellos ruidos de la mañana.
Me entrego a los laberintos de mi mente,
espero y deseo que se abran sus puertas,
que pueda andar por los caminos inexplorados
en los límites de mi corteza,
entender al otro yo que despierta
cuando me duerma –a ese que sabe lo que ignoro-
Que el oráculo mayor encuentre las metáforas
de los lejanos horizontes,
que sepa – a riesgo de algunas caídas-
señalarme el auténtico norte,
en el lenguaje de su teatro

con el idioma de sus personajes.

miércoles, 29 de julio de 2015

Excesos.



Los excesos de entusiasmo estaban en el adn de mi infancia, en la propuesta lúdica de mis aventuras y en las evidencias de mis cicatrices, golpes,  caídas y torceduras. Yo era capaz de ponerme unos patines- inaugurando esa experiencia sin ningún antecedente-  y salir a andar por los lisos pavimentos de la  calle, montar en bicicleta sin lecciones previas, o cualquier acción donde estuviera en juego el cuerpo, disfrutando de esa relación carnal  con  el asombro de la   andanza  - placer sensual del desafío-.
Allí están mis marcas, mis desenfrenos, mis desatinos. Recientemente, con estos gajes del oficio, he sumado otros indicadores: heridas, moretones y magullones de similar  naturaleza y en concordancia con aquella identidad.

Con parecidos riesgos,  me pasa lo mismo con mis ejercicios de escultura, y también con mis escritos, en este último  sentido, me sumerjo en la hoja sin pensar –si ella- tiene calor o frío.

sábado, 18 de julio de 2015

Límites de la conciencia.



Jorge me decía en el café Fellini que el inconsciente es un hijo de p---, yo tenía mis dudas al respecto, por un lado coincidía, pero por otra parte,   también dudaba ya que en muchas oportunidades los sueños -como hallazgos- me develaban verdades personales, motivo por el cual termine diciéndole  -pero en el fondo es un buen tipo- previo a convenir con él,  que para bien o para mal (si es que se puede hablar en esos términos) nuestro personaje, no es ni ingenuo ni inocente.

En las páginas en blanco de nuestra historia, ahí debajo de nuestros pies, en aquellos sótanos individuales y personales, como un viejo vino añejado por novelas de papeles amarillos  y nuestras propias circunstancias, a veces a nuestras espaldas, fuera de nuestra vista y de otras finas percepciones, la sombra hace sus cosas.
En su cueva, a escondidas,  sin palabras o  con la   lengua indescifrable de nuestros   fantasmas. Aquellas cuestiones cursan silentes  cuando duermes, en el momento de  tus profundos descansos, a contramano de tus intensiones, sin brebajes ni jarabes que lo calmen. ¿Con qué lo alimentas? Él, sin darte cuenta,   se mete en la madrugada en tu cerebro, insomne busca y  saca  como un ladrón sus provisones, y se lo lleva  allá abajo, en la grieta  de tus  cimientos en el humus de su casa subterránea.


Cuando tú  alcanzas sus umbrales, la piel de su universo, los bordes de sus capas, cuando le ganas una mínima pulseada – no te la creas- él  apela al humo y   la neblina, a  aquella lluvia fina, a  una ventisca o una nieve copiosa y blanca;  allí – como uno más de sus recursos- esconde algún secreto, te roba la palabra y sólo desnuda el sufrimiento detrás de un vidrio opaco.

lunes, 13 de julio de 2015

Con mis lápices viejos.

El poeta es invisible  porque escribe sobre lo indecible y de lo indecible  es mejor no escribir.

                                                                       ***

Tengo un GPS que no me sirve de mucho. Si le indicara a dónde voy tendría serios problemas para encontrar caminos conocidos.

                                                                       ***
No creo que las cartas estén echadas, ni que los dados estén cargados, ni que la moneda pueda resolver su incertidumbre de antemano. La paradoja es que tampoco creo que le podamos  ganar la última partida a las blancas en esa  última pulseada.
                       
                                                                       ***
Juntaré las torpezas de mis caídas y haré una danza, con los desperdicios de la calle una escultura, con palabras lastimadas una esperanza, con papeles usados una peteca, un avión, un barco, un pájaro, quizás mil páginas con estos lápices pequeños y gastados.

                                                                       ***
Sostener lo pequeño, hacer lo cotidiano, respetar lo que hemos acordado, cuidar lo precario, mantener las decisiones a lo largo.
           
                                                                       ***

Hay demasiados cazadores y pocos jardineros.

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Una gran pregunta para un gran balance: ¿Cómo he llegado hasta aquí?

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La complejidad de aquella madeja que no siempre resolvemos es diferenciar lo que se sabe de lo que no se sabe, lo que se puede de lo que no se puede, lo que se quiere de lo que no se quiere, lo que se debe de lo que no se debe, y por si fuera poco, todo al mismo tiempo  y entremezclado.

                                                                       ***
La invención de Morel :  no sé si el fantasma era él, o ella, o aquellos otros seres humanos que aparecieron de pronto, la única certeza que tengo es que entre todos, siempre hay un lector. El hombre pudo haber muerto, pero la palabra lo despierta.


                                                                       ***

jueves, 2 de julio de 2015

El túnel del tiempo. -Diacronia y sincronía de la urdimbre y de la trama-



Uno de los temas existenciales fuertes de nuestra naturaleza humana es el tiempo y las distintas actitudes que tenemos en relación a él. Cada cultura está  influenciada por la temporalidad ¿orientamos nuestras acciones hacia el pasado, el presente o el futuro?
¿Le damos importancia significativa a las tradiciones? ¿Al “aquí y ahora”?  ¿Al por-venir? Estas decisiones  se transforman en un vínculo que define nuestra forma de ver y de andar por el mundo.

Tal vez alguno recuerde una serie de televisión de ciencia ficción (1966/1967) titulada “El túnel del tiempo” en que dos científicos podían migrar por distintas épocas en hechos trascendentes de la humanidad, realidad que hacía posible una máquina del tiempo.

Me preguntaba ¿Qué pasaría si  esas  personas que fuimos en nuestra propia historia, podrían mudar de su pasado a este presente y tener una charla con nosotros en este aquí y ahora?

No propongo tele-transportarnos nosotros a ese tiempo-espacio pasado para percibir realmente  los instantes que no pudimos mirar o escuchar vivamente otrora por una incapacidad transitoria de discernimiento o de entrenamiento vivencial  o de una  simple elección, a sabiendas  que siempre pudimos y podemos  –hasta ahora- ver y oír entre otras cosas.

Tampoco tendría sentido  volver sobre nuestra historia para llenar tiempos oscuros, lagunas o borrones, cuando fuimos observadores pasivos o ciegos, para reparar lo que no podemos justificar o encontrar sentido, o  cuando navegamos al garete como un investigador ajeno a sí mismo sin disfrutar de esa  aventura,  o cuando no tomamos parte o cuando no fuimos conscientes de aquella profunda soledad. Nosotros sabemos que las elecciones también excluyen, o dicho de otra manera,  en cada “sí” hay un “no”, de lo contrario tendríamos un síndrome atroz ya conocido,  el eterno padecer de “Funes el Memorioso”.

¿Cuántos “yo” conviven en uno? ¿El niño, el padre, el adulto, el amante fiel de los afectos y de la vida? ¿De qué momentos podemos dar cuenta?  ¿Qué piedras importantes  hemos tirado que han hecho mover las aguas del nuestro estanque? ¿Qué suma de mínimas decisiones nos permiten avanzar hacia aquel soñado horizonte? ¿Cuándo fue que aquella osadía plantó esa bandera de identidad?

En el tránsito, es decir, en el proceso, hemos aprendido que no podemos volver a las estaciones que han pasado, por el contrario, hacia las nuevas estaciones avanzamos. El propósito es inverso, no es volver, sino todo lo contrario, es traer a nosotros lo que nos permitió ser lo que somos. Encontrar las relaciones, el paralelismo que nos identifica, las señas y las señales.

Sin nostalgias he hecho ejercicios de viajes imaginarios para facilitar esos encuentros con mis propios personajes, al escribirlos es probable que les atribuya y me atribuya valentías exageradas (recursos o vicios de escritor).
Al hablar con ellos siempre vuelvo con un hallazgo, o una sorpresa, lo que me permite inferir que cada receptor es también un emisor, de tal suerte que, la palabra va de una forma y vuelve de otra.

A esta altura quizás sea oportuno decir que aún no he alcanzado la locura, como prueba de ello puedo expresarles que esto es una fantasía, que puedo volver de esa irrealidad, aunque convendrán conmigo que toda ficción encierra una certeza, lo que siento, pienso y vivo mientras la imagino. Una amiga de letras, me tranquilizo en relación a estas cuestiones de la escritura, “si puedes ir y volver de esos dos mundos” –decía-  todavía mantienes la cordura.

Como argumento a favor del experimento que les hablaba, puedo afirmar que las cosas que se viven toman dimensión y sentido cuando hay lucidez del acto, y esto, a veces, no ocurre en el preciso momento de la acción, habitualmente la reflexión es a destiempo, con frecuencia alejada de la experiencia, necesitando –a veces-  dicho desfasaje,  meses o años.

No es casualidad  que esos coloquios surjan en este ciclo vital, tampoco son flashes o fulgores momentáneos, por el contrario, se suceden lentamente en algunas caminatas por los parques entre ocres luminosos y brillantes o en un banco frente a un lago cuando otros parloteos se han alejado –quizás esta última referencia sea un implante de la lectura de “El otro” de Borges, a saber: “Yo estaba recostado en un banco, frente al río Charles...”-.

Tal vez un cierto amor por los libros me juegue una mala pasada y en esta indagación haya hecho inconscientemente  propio palabras de terceros. Me tranquiliza, que de ser así, en el peor de los casos, he elegido de ese vasto universo que es la literatura, lo que más resonaba en mí. Si tal situación aconteciera podría sentirme un re-escritor o un traductor de esta filosofía vacacional y de mero principiante.

Insisto,  el proyecto no es volver al pasado, la intención es traer al presente un  mayor nivel de conciencia de aquellas circunstancias y las resoluciones de aquellos problemas   que te permitieron ser lo que eres.

La experiencia de estos diálogos no modifica el pasado pero  si  tengo evidencias que enriquece el presente. La propuesta se sintetiza en que  dos tiempos se encuentren en el cruce de dos esquinas, una intersección  que facilita el vínculo con esos "otros" que una vez fuiste. Es como dar vuelta el reloj y en ese rodeo ver tu vida hacia arriba y abajo, adelante y atrás, a lo largo, a lo profundo y a lo ancho.

No se asusten de esta ilusión , ella si bien tiene laberintos de sueños y de espejos, el lápiz flexible de tu narrativa se encargará  de hacerte  volver a tu cuaderno. Debajo de nuestros renglones hay sombras de otras letras, subtítulos de aquellos nuestros mentores que nosotros hemos creado.




domingo, 28 de junio de 2015

La puerta.

La casa tenía puertas abiertas, cerradas,  otras ciegas y algunas parcialmente entornadas.
A los  habitantes de aquellos cuerpos  no le costaba demasiada energía abrirlas o cerrarlas. Los accesos a estos lugares públicos o privados eran parecidos y comunes  en todas  sus   particulares moradas. Cada dueño de su imaginario castillo, subía o bajaba el  puente levadizo según sintiera placer o amenaza.
Una noche,  un sueño,  a uno de esos habitantes  se le presentó   una puerta invisible y desconocida.  Era difícil describirla,  los hallazgos eran fugaces,  los sueños tenían –como siempre- un código extraño.
Uniendo fragmentos, pequeñas pistas, juntando las partes, aquella puerta se materializó en su conciencia. La visitó cien veces, y otras cien se sentó frente ella frente a ella a contemplarla, se preguntaba, entre otras cosas, que había detrás de sus umbrales, y hasta le puso WD40 a sus óxidos y engranajes.

Un día –inesperado- utilizó todas sus fuerzas – que le reservaron los años- empleo toda sus energías para al fin abrirla y traspasarla...
Sé de otros habitantes que no han logrado mover sus puertas personales, algunos creen que no existen y muchos las han ignorado.
Difícil tarea dar pruebas de cosas que no se pesan, no se miden, ni siquiera hay fotos  que puedan dar constancia.