jueves, 15 de octubre de 2015

Memorias (Versión aproximada).



A diferencia de “Funes el memorioso”, García recordaba poco, tuvo el firme propósito de juntar sus fragmentos, no  le servía preguntar a los otros las señas de su tiempo.
Acumulo pequeños eventos incompletos y fue trazando un mapa, mejor dicho, un bosquejo conjetural de sus momentos, curiosos borradores que fueron quedando impresos.
Aquellas historias mínimas fueron modelando biografemas que le resultaron  de gran provecho, entre un soplo y otro de ese tiempo y a destiempo, tardíamente lloraba o se ponía contento.
El relato se fue construyendo a medida que escribía o hablaba en su dialogo interno, elegía las palabras, borraba los excesos, y un extrañamiento le aparecía  cuando leía los textos.
En los océanos de sus memorias,  por los mares reales, simbólicos e imaginarios que navegó, en cuatros islas de sus tesoros, puso  faros que alumbraron su entorno, y empezó a ver en el cielo de su firmamento  una pequeña vía láctea de  luces, puntos blancos sobre un fondo negro, chispas, faroles,  pequeños  fuegos, una versión de sus momentos.


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