Uno es y hace su
morada,
habita y deshabita los
lugares
siente en las arterias
aquellos pasos,
parecido a un río en
sus remansos
merodeando por los
cuartos,
mágicos, amorosos,
solitarios,
fríos. cálidos,
oscuros , claros…
logros, ilusiones,
desamparos,
muebles y objetos que
cambiamos
al rebelarnos de costumbres y desganos,
renovaciones,
refacciones, nuevos cuartos
-imagina todos los
escenarios-
pinta los ánimos, los interiores
el frente, el fondo,
el patio y los costados
desprendernos de las
cosas que ya no usamos,
el cuerpo en acto hace
su teatro
en la escenografía que
nos han montado
actúa sin ensayos,
cuenta y expresa y se hace cargo
de la urdimbre de sus
hilos entramados,
con todos los colores
de las estaciones
en todas las
geografías de sus años,
podemos mudar por cien
casas
pero el cuerpo –esa casa-
siempre a nuestro lado,
abiertas están todas
mis ventanas
miran hacia afuera mis
paredes lisas y rajadas –esta piel-
me expongo más allá de
mis umbrales
mis sentidos se
acercan a tu casa,
a la aldea, a los
otros
a esta variada
humanidad que nos iguala.
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