No dejo flores ni
piedras
me alejo de los
mármoles,
no tengo cenizas en el
pecho,
guardo sí, aquellos
objetos,
un mate de madera
que vivía por la tarde
de los recreos
la bombilla de plata
con cobre en los
extremos,
esa que uso hoy
en los días de mis
silencios,
tu escritura que ha
quedado
congelada en fotos de
palabras
letras de mis recuerdos.
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