Nadie escapa a la
angustia existencial y es de cierta normalidad (?) apelar al indicador de
soportar algunos niveles de angustia, aunque personalmente, no siempre pueda cuantificarla.
A veces la angustia
tiene sus cosas positivas, sentir y
pensar la angustia de ser mortal nos
puede ayudar a comprender que no somos eternos y aprender a disfrutar lo que
tenemos aquí y ahora.
La soledad existencial
a veces nos puede molestar pero también nos puede impulsar a estar bien con
nosotros mismos.
El miedo a perder lo
que tienes te puede ayudar a valorar y
degustar más lo que tienes.
La intranquilidad repetida
y frecuente por alguna amenaza tal vez nos mueva a indagar las causas de aquella inquietud.
…
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