Antes que su cabeza
le ampliara la mirada
algo o alguien
le abrió el corazón
se olvidó de las
manías
de una supuesta
perfección
de aquel férreo
protocolo
del orden y el control
abrió la puerta
sintió la brisa y el
sol
dejo que entrara
aquella temida y
alegre emoción
olvidó el viejo piloto
el casco la armadura
el escudo y las
pastillas
para el corazón
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