…inmoviliza las cuerdas de tu boca,
que se calle tu mano,
que olvides por un rato
las canciones de tu canto,
retrocede al silencio oscuro y máximo
de tus minas y sus oros,
vuelve a los gestos,
a esos últimos deseos,
al lenguaje de tus tonos,
diferencia y valora
lo que se puede procesar y digerir,
desde la soledad de tu mudez
cursa reflexiones lentas,
en las profundidades demora las palabras,
suspende las creencias
de las religiones que no puedes sostener,
déjate soltar y correr,
nadar por tus aguas,
expandir tus colores,
no retengas los temores en las entrañas,
descarta lo que te conviene,
que madure la vivencia,
que hablen los objetos su darse cuenta,
que en esa tregua y afonía
la letra sea la última estación,
el último equipaje.
sábado, 29 de mayo de 2010
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