, un escritor que comparte
aquella soledad existencial
con sus amigos de letras
, alguien que trabaja sin la prisa
de cambiar el mundo en un instante
y sin las cadenas de lo instituido
, ella y él en el renacimiento
de un otoño que espera
otros nuevos y ocres girasoles
,cafés, tertulias, recreos…
momentos de amistad
sin tantas pretensiones
, “ecología humana”
de enriquecer la conciencia
con la sinergia de las diferencias
,la desacostumbrada costumbre
de sorprendernos – ojo avizor -
de memorias y horizontes
,el avance de las primaveras
en esas verdes semillas
- genealogía de su corazón germinado -
, ese coraje tardío que combate
- y a veces gana –
a su propia sombra
, leer, fluir, jugar
es decir: vivir y amar
el eterno Eros de aprender
,el arte de su perspectiva
poniendo en su lugar
los planos principales
, las pequeñas
conquistas
de renovarse
, el haber tomado
medidas de sus ruinas
inaugurando otros espacios
, la abundancia de no necesitar,
embriagarse de cultura superando medianías,
a dejar en libertad sus verbos y adjetivos
, también es lo que cree
una mirada más valiente
de su lejanía
, el desasosiego repetido
de extraviar la palabra
en la espera de su encuentro
, en las guerras de sus sueños
- a su lado- abiertos están los cuadernos
que despiertan en poesías
martes, 11 de mayo de 2010
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