miércoles, 5 de julio de 2017

Sí mismo.



Puso en juego su sí mismo
se animó a  hablar consigo
preguntó ¿por qué no juego mi juego?
y escuchó - porque el otro también juega
sus cartas , sus trebejos  y  su estilo-
¿acaso el otro no será una parte de mí mismo?
¿cuántas partes tiene las caras de sus conflictos?

escondido en la sombra de su sombra
o en el doble que refleja lo distinto
disfrazado de otro en su propio laberinto
en el claroscuro  de sus sueños
con la misma moneda se ha pagado y se ha vendido
sólo el fuego de sus  lápices alumbran un destello
en el papel de sus   juegos  ha ganado y ha perdido


2 comentarios:

  1. Es que hasta dónde somos todos distintos?... si el otro siempre nos completa sea en los que nos falta o aquello en que somos iguales. Somos un diálogo interminable.¿o no es así?
    . Jorge

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  2. La otredad abre puertas y abismos...

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