domingo, 30 de julio de 2017

¿Cuándo pensar no es bueno?


Estoy predispuesto a pensar que pensar es muy bueno en la mayoría de los casos, sólo hay  escasos momentos en que creo que no es recomendable, entre ellos:
Cuando se está cansado.
Tampoco cuando un interrogante se transforma en parásito y resulta perpetuo.
Cuando el tema es pueril y no supone ningún desafío con la excepción de que tal medida se tome con el propósito de descansar.
Cuando los teoremas o laberintos intelectuales no nos llevan a ningún lado.

Cuando el pensar no surge del sentir, de alguna sensación corporal, de algún hacer, de alguna   incomodidad, de alguna alegría…

domingo, 23 de julio de 2017

El otro lado del corazón.


Frecuentemente tengo diálogos internos, a veces habla mi mano derecha con mi mano  izquierda, igual pasa con mis oídos o con mis ojos y con todo aquello que parece simétrico, aunque siempre una parte es distinta a la otra,  comparable a  los sinónimos que  parecen decir la misma cosa pero que no son idénticos, los gemelos son otro ejemplo, nosotros sabemos que sólo son duplicados en su aspecto externo.

Cosas parecidas pasan con otras partes del cuerpo, el cerebro derecho y el cerebro  izquierdo, el corazón derecho y el corazón izquierdo. Darme cuenta de estas sutilezas me ha llevado  medio siglo de tiempo, las últimas charlas versan sobre esto.

En esta suerte de ejercicios con la historia,  se puede cambiar  los lugares y los tiempos. Verbigracia Borges con Borges en su cuento “El otro”, un diálogo imaginario y fantástico entre ellos, el más joven, con menos de veinte años,  y el más viejo ya en los finales de sus tiempos. En dicha fantasía el más interesado de aquel encuentro le pregunta al otro “¿No querés saber algo de mi pasado, que es el porvenir que te espera?”.

Estas charlas internas permiten notar las diferencias que conviven en uno, y considerar  sus distintos aspectos, aceptar  estas divergencias, encontrar  palabras, mediar  en sus conflictos, permitir  a nuestro cuerpo ser más paciente, amoroso y  sereno, asumiendo la incompletud de nuestra condición, evitando la neurosis de las preguntas repetidas o la esquizofrenia de las paradojas enfermizas, donde el inconsciente nos avisa que por esos caminos no se resuelven los laberintos. En síntesis, distinguir los inconvenientes de los problemas y estos de los dilemas,  hacer las paces con ese super yo tan construido, para otros con el alter ego.

Salvando las diferencias literarias yo practico el ejercicio inverso, ver al joven y al  hombre con los años que hoy tengo, diferenciando los momentos, la mirada del mundo, del cosmos y los aprendizajes de todos aquellos trayectos. “El hombre de ayer no es el hombre de hoy” rezaba una cita, me resulta muy interesante jugar a este diálogo interno  entre el que fui y el  que soy, o con todas aquellas partes que necesitan una expresión de sus sentimientos, a veces basta encontrar una palabra.

Mi teoría conjetural es que la personalidad total surge de complejos intercambios, entre ellos, de las  interrelaciones humanas, con el medio, consigo mismo, sin dejar de lado las relaciones con nuestro propio tiempo, los ciclos vitales, la  resignificación  de las reglas en los nuevos momentos.
Volviendo al otro lado del corazón, el opuesto al que ríe, aquel lado de rojo intenso, caliente, la geografía donde arden los calderos, del otro conozco sus formas, de este a veces no sé cómo se comporta. Puedo sentir los extremos, cuando se demora el verano y escasean los leños del invierno para mis fuegos, ese menguar de las energías  de aquellos brillos intensos.

Cuando el mundo se opone a mis deseos no sé qué hacer con sus protestas, no me hace bien discutir aquellas creencias ni tampoco ignorar lo que siento, es en esos momentos en que soy reactivo y severo…entonces … escucho sus lamentos…le escribo versos… y entre los flujos y reflujos de nuestros ánimos, algo se aclara y podemos vivir con ello.


Hace tiempo que charlamos, creo que él también ha empezado a escribir, aunque no me lo confesado hasta el momento, para diferenciarse como todo hijo dilecto,  intuyo que hace relatos y cuentos. El continuo libro de los cambios hace que el escribir y el aprender sean perpetuos.

miércoles, 19 de julio de 2017

La ética de las manos.


Con la misma mano o con la otra
cada acto lleva su impronta
en la intención está la conciencia
el verbo la esencia de quién la porta

agarrar, sujetar, aferrar, tener
la mano puede tomar
el lápiz, la flor, la espada, el cañón
un pincel, un martillo, un violín, una hoz

cada objeto es y hace según su obrador
aquella acción necesita la mano que ordena
sea esta de una mujer o de un varón
las elecciones y el hacer lo dicta el corazón

el tomar puede construir o golpear
su camino se divide en dos
las manos que acarician
tienen más clara su misión

necesitan de otro o de otra
aceptan, rechazan, eligen, sueltan, exploran
preguntan, expresan el sí y el no, juegan
es un acto consentido de a dos

las manos deciden
en la confianza de los sueños
las manos reflejan

lo que es tu interior 

sábado, 15 de julio de 2017

Concurso.



Deseo un verso luz
que acaricie el asombro  del lector

necesito un poema canción
que resuene cuando más se necesite

espero cartas, llamadas
intercambios de palabras

que circulen aquellas energías
las vibraciones de las letras



domingo, 9 de julio de 2017

La fiaca.



el domingo se demora
los vidrios de las ventanas se aclaran
al desperezo de sus rocíos

el vicio de la ambición
se ha tomado esa costumbre
una pasión oculta en sus días festivos

señal que hay otra cosa
de los enseres que nos ha vendido

el cuerpo siente y hace
lo que siempre estuvo escrito

hasta los pájaros

aún no han salido…

sábado, 8 de julio de 2017

Las cosas extrañas de la narración.


Tal vez haya sido la fascinación por la palabra, o ese desierto adolescente tan necesitado de contar su historia, o aquella tranquilidad momentánea de encontrar lo que nos pasa en el asombro de un renglón…

Lo extraño es que todo es una invención, la paradoja de  una ficción que desnuda una realidad interior, la escritura de un sueño que devela sus capas más profundas…

El narrador, en la alquimia de sus fantasías conquista en la aventura de sus palabras lo auténtico, lo cierto; aunque  transcienda los géneros, manipule el tiempo o cambie sus contextos…

A la hora de las decisiones prefiero ser un narrador interno que externo, involucrado siempre uno está en la historia, aunque esta aparente valentía no me exime de algunas inmovilidades…


Entre la primera y la tercera  persona, me inclino más por la primera aunque a veces en la tercera puedo tomar distancia, y esto se aprende manchándose los dedos y gastando muchos lápices….

miércoles, 5 de julio de 2017

Sí mismo.



Puso en juego su sí mismo
se animó a  hablar consigo
preguntó ¿por qué no juego mi juego?
y escuchó - porque el otro también juega
sus cartas , sus trebejos  y  su estilo-
¿acaso el otro no será una parte de mí mismo?
¿cuántas partes tiene las caras de sus conflictos?

escondido en la sombra de su sombra
o en el doble que refleja lo distinto
disfrazado de otro en su propio laberinto
en el claroscuro  de sus sueños
con la misma moneda se ha pagado y se ha vendido
sólo el fuego de sus  lápices alumbran un destello
en el papel de sus   juegos  ha ganado y ha perdido


sábado, 1 de julio de 2017

El campo del medio.


En la zona del medio, más precisamente en el intermedio, tan cerca y tan lejos, vive en nosotros y a su vez está en otro universo, ese misterioso e inmenso  terreno.  El volumen también es impreciso, “Quark ”infinitesimal que no ha visto mujer ni hombre alguno, que muchos  perciben como cuerdas o vibraciones, presencia difícil de justificar y que la ciencia insiste en negar.

Todo vive en continuo movimiento aunque a veces nosotros creamos que  estamos quietos, de ese oxímoron nace la ubicuidad, aspecto que domina nuestra existencia  según la opinión de maestras y maestros.

No está a la derecha ni a la izquierda, ni arriba ni abajo, de tal suerte que no se lo puede tildar de superior o inferior, tampoco de superficial o profundo. El hecho de expresar la zona del medio puede llamar a engaño, a diferencia de la creencia, ese espacio es incierto y también inseguro, en él o en ella sólo hay preguntas existenciales y  espirituales, en síntesis los grandes interrogantes de la duda.

Algunos amigos estarán pensando “hay que tener mucho tiempo para pensar en exceso”, o con otras traducciones más coloquiales, lamento provocar esta desilusión,  algunos temas no son siempre alegres ni fáciles.

Hay personas que sienten los perfumes del afecto, el olor en la piel de las emociones, son las mismas que al escuchar algunas palabras tienen alergia o picazón, mientras que otras les despiertan la sorpresa y la alegría. Hay personas que están necesitadas de palabras –yo soy una de ellas- cuando el lenguaje no puede encontrar el relleno de sus cosas  esenciales (algunos desconfían de este vocablo), hay personas que intuyen lugares invisibles, palabras innombrables, sonidos inaudibles.

A esta altura otros pacientes lectores me abandonan, pensando con cierta misericordia: –Este hombre hoy no tomo su pastilla-.

A veces  al final de los cafés, en los últimos minutos de la tertulia,  en las borras de las charlas, se resuelve algún enigma, hasta que otro desorden de angustia necesita de otras infusiones que permitan apuntar en las servilletas, transitorios borradores, búsquedas, ensayos, ejercicios de intenciones.

No presumo  sabiduría alguna  por el hecho de sentir este cosmos, me atrevo a sugerir una incómoda grafía “ el planeta de lo sensible” , nombre que podría alterar el orden de las cosas, ya que para muchos es el innombrable. Para los incrédulos les recuerdo que los pre-socráticos ya hablaban del átomo sin verlo, ni tocarlo.

Afortunadamente no hay mapas de aquellos espacios, si los hubiera alguien ya patentaría extraños brebajes, inútiles medicinas, libros de autoayuda, y  creería que ya posee  el conocimiento de esos viajes, pero ese planeta está en distintas galaxias y las galaxias son las mujeres y los hombres, de tal suerte que,   en cada uno de ellos todo es distinto y dinámico… y así vamos con destellos y cegueras, vulnerables a los tiempos, a los climas y  a los ánimos…y entre simpatías y empatías nos abrazamos…