Aquel parásito de insomnio
anoche me ha picado
un mosquito ha sido el emisario
por no haber descacharrado
las aguas inquietas
que por los patios he dejado,
mis ideas tienen fiebres altas
inquietudes de silencios alterados,
sé que me curo sin hacer nada
difícil la terapia de vaciarse
de no hacer y no esperar nada,
los delirios aparecen
entre sueños inconstantes
entre líneas consulto los oráculos,
la mente corre por esa autopista circular
repite sus curvas y sus rectas
ocupa el tiempo en su
constante,
ella cree en sus ritos habituales
en las creencias que ha grabado
es difícil convencerse de estar equivocado,
mientras el cuerpo desea
olvidarse de los slogans recitados,
las perezas y los cansancios
contradicen las energías del verano
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