“Los
objetos son inertes y sólo tienen significado en función de la vida
que los emplea. Cuando esa vida
se termina, las cosas cambian,
aunque permanezcan
iguales. Están y no están allí, como fantasmas
tangibles,
condenados a sobrevivir en un mundo al que ya no
pertenecen…”
Paul Auster (La invención de la soledad).
Aquel sillón presidía su reinado
las cosas simples de su espacio
aquellos ñoquis de su cocina
la herencia de sus objetos
no son lo mismo de antes
ellos reclaman tu ausencia
aquellos vapores
a flote de sus hervores
el caldero de los sabores
en esa urdimbre
la trama de tus amores
tejiendo abrigos a montones
vacío el tiempo
hoy se sienta en sus sillones
eran dos más yo recuerdo ese
en sus dos caras
los sillones
refugio de alegrías y dolores
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