Ahí me esperaban
firmes como
granaderos
esbeltos de musculosos lomos
en la
hidalguía de su valiente desnudez
siempre
listos, disponibles
al alcance
de mi mano
hasta hoy
ninguno me ha traicionado
estoicos en
filas de diez o veinte
columnas de
impecables uniformes
cada uno al
lado del otro
regimientos
de trescientos o quinientos soldados
esperando
ser llamados
yo los admiro, hay muchos en mi biblioteca
que no he
leído…
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