domingo, 12 de febrero de 2023

En uno o dos renglones.

No sé si le está permitido a un agnóstico como yo hablar del “alma”, aunque si estoy autorizado a conjeturar,  de tal suerte que, si la tuviera (ya que no puedo afirmarla ni negarla) sería un alma joven. Tal hipótesis se debe a que aún tengo algunos asombros.

 

 

 

Tus asombros no son iguales a los míos.

 

 

 

El asombro es esa inmensidad.

 

 

 

La vida que vivimos y la vida que  contamos son  la  realidad y la ficción entremezcladas.

 

 

 

Aquellos candados oxidados se rompieron,

la marioneta pudo cortar sus sogas.

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