“… lo único que
necesitamos para convertirnos en
buenos filósofos es la
capacidad de asombro…” Jostein Gaarder
Expectante esperaba el
asombro de mi nieta Belén (7años) en su encuentro con el mar, aquella fascinación no aconteció.
Antes yo no vi esos ojos de sorpresa, cuando
ella observó -desde la ventanilla del
avión- esos algodones que flotaban en el aire.
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