A nieta Sol y a mi nieto Santiago por
las nobles carreras que eligieron: la Sociología y la Ingeniería Mecánica.
Andaba en mi bicicleta “Mecanik” por el Boulevard Nicasio
Oroño, en mi acostumbrado modo Zen del día
domingo, a la altura del ICR algunos árboles mostraban su poblada cabellera de distintos verdes, el sol cercano
al mediodía en plena primavera acentuaban los colores, los brillos de sus copas
en aquellos reflejos extraños.
Ya en el parque de la Independencia, cercano al rosedal otras
flores llamaron mi atención. Me detuve, saqué mi teléfono e intenté hacer una “selfie”,
uno, dos, tres disparos pero ninguna me gustó, además quería también salir
montado en mi bicicleta.
Segundos después le pedí a un joven si podía sacarme una
foto con mi cámara y así lo hizo con
mucha más eficiencia que yo. Pensé –Hasta para una fotografía necesitamos de
los otros- una “selfie” reducen a las
personas y a los objetos, recortan la figura, limitan el encuadre, reducen el
contexto. A veces lo individual nos
limita mientras que lo social nos amplia. Necesitamos de los otros, ellos
confirman, rechazan, interpelan, o complementan nuestro autoconocimiento,
generalmente es el otro el que ve
nuestros puntos ciegos.
Estas reflexiones las hacía frente a la foto en cuestión,
mirando la bicicleta pensé: la máquina no es sólo ese engranaje de eficacias y eficiencias,
es también la idea, la energía, la cultura y el deseo de nuestra humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario