A
Segundo Pieraligi.
te robaron los nombres
los bronces y las flores
pero yo te recuerdo en esas noches
cuando jugaba con tu insomnio
y tú a cambio protegías mi infancia
cuál ángel guardián de cualquier ogro
cómplice sin condiciones
de aventuras arriesgadas
y travesuras trasnochadas
tal vez mis escasas osadías
deberían llevar tu nombre
en el área protegida de tus roles
yo no alcancé a darte las gracias
de aquella etapa de oro
guardo en mi memoria dulce
esos caramelos de ternura
tesoros que el tiempo junta
y si yo devuelvo algo
se lo debo a tus amores
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