“Por eso,
cuando encontramos a un verdadero conversador, el
placer es
igual, si no superior, al de leer un delicioso autor, con
el agregado
del placer de escuchar su voz y ver sus ademanes.”
Lin
Yutang (El goce de la vida).
En esa
hora en el bar, se suspendieron las creencias, olvidamos la agenda del día,
aquellos apresuramientos, hasta quedo en suspenso algún humor que traíamos…sin
orden hablamos de lo que aparecía y nos fuimos más ligeros sin el peso que a
veces tienen algunos días.
Cumplido
el ritual del café y en esas
conversaciones con una amiga nos dijimos en la despedida:
- Este
encuentro no es terapéutico…
- …pero es
sanador-
Y nos
fuimos a enfrentar el día con una sonrisa que antes no existía…
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