Mi objeto es encontrarla
en esa neblina silenciosa
de un insomnio urbano
difumada se esconde
detrás de los cristales opacos
de mis ventanas
en esas imágenes veladas
blancas y negras las fotos
que siempre
le saco
o en un andén solitario
su figura evanescente
entre el vapor de aquellas máquinas
borrosa en la llovizna
oculta en los días claros
en las sombras de los árboles que miran
esa mujer
es la poesía
que no alcanzo
y yo me contento con el roce de sus sedas
cuando siento un fragmento de ella
encontrando a veces sólo una palabra…
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