viernes, 14 de septiembre de 2018

De lecturas.




Cierta vez aprendí que la literatura  permite la entrada de todo, lo claro ,  lo oscuro y lo intermedio, en ella está la filosofía, la historia, la ciencia, el arte… lo profundo y lo trivial, la ética y la estética…

Hay historias que nos llenan de plenitud y otras que nos perturban, ante la lectura no podemos ser observadores pasivos, siempre somos actores participantes.

Hay lecturas que despiertan fantasmas y demonios, y hay otras que nos alegran la vida;   tanto el lector como el escritor tienen una actitud parecida cuando se enfrentan a la hoja escrita o en blanco, pueden  imaginar cómo empiezan pero nunca como terminan.

¿Elegimos los libros que leemos? Siempre existe la sorpresa, no sabemos de antemano el efecto que nos van a producir, algunos leen la contratapa otros las descartan, algunos quieren saber el final de antemano y otros que ni le cuenten un acto,  en ese  mundo entramos desnudos al universo del  asombro…

Es verdad que podemos elegir abandonar una lectura, también suspenderla, considerar su valor o su carencia, el ánimo que nos acerca o nos distancia.

Seremos lo que leemos y a la vez no seremos…el viaje acontece desde lo real a lo imaginario de lo imaginario a lo real, cada cual descubre lo que está mezclado en la galaxia simbólica de nuestras  subjetividades.

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