sábado, 30 de abril de 2016

Cuestión de papeles.



Yo tuve que escribir  mi propio cuento
despojarme de todos los mandatos

en la trastienda de las  letras
esta el motivo, aquel silencio blanco

la urdimbre del papel
sostiene la compleja trama

esta hoja en el fondo de sus ojos
esconde un lector que mira y calla

mi tarea es descifrar el humo, la neblina

la sombra y el perfume de las palabras

viernes, 29 de abril de 2016

Psicología existencial.

De tanto en tanto un encuentro real o ficticio con nuestra percepción de mortalidad, nos hace más humildes, iguales y democráticos y  después de superado cierto y subjetivo espanto, nos permite alejarnos de los problemas menores (inconvenientes burgueses) y centrarnos en las decisiones importantes de la vida.

domingo, 24 de abril de 2016

La sinceridad interior. (Hexagrama Nº 61 del I Ching)


        
Abandono al fin lo inaprensible
que siempre ha sido libre y yo su esclavo
abandono la verdad -esa quimera-
el ancla de un  barco que no vuela
todo el tiempo en ella  se renueva,

y  aquí  frágil y vulnerable
confiando en mis latencias
 –fuente y potencia inagotable-
en mi escribanía ensayo aquellas tintas
después de las  lluvias que pasaron

hay un eco de silencios en el fondo de mis lagos
no lleno ese vacío  que la memoria no puede completar
vivo agradeciendo lo vivido y lo nacido
albergo los espacios donde todo vuelve a germinar
sin saber que existe más  de lo que me imagino

acuerdo  en mi interior en  esta circunstancia
aquellos ejes que me  orientan
perpetua tarea decidir los pasos
mi horizonte es ahora

aquí cercano

viernes, 15 de abril de 2016

A quienes no entienden un momento de tristeza.



me gustan los verbos claros
los sustantivos redondos
las letras curvadas
el refugio lúdico de la palabra
la tinta oscura en las noches largas

los quitapesares de las escrituras anchas

miércoles, 13 de abril de 2016

La espera blanca.



el dolor – acaso el sufrimiento-
es esta página blanca
un insomnio –inusual-  de letras cansadas,
este ajedrez que juega  entre decir y no decir nada
mientras los caballos se agitan y los peones se desgastan
y yo muevo torpemente las piezas blancas,
lamento no dar respuestas claras,
lamento ignorar las recetas de la calma,
lamento escuchar aquellas campanadas,
a veces  los interrogantes nos consumen las ansias
a veces las certezas son una fachada
a veces quiero el silencio de las horas que faltan,
hace dos semanas que nos llueve en las entrañas
hasta mis refugios inventados tienen agua,
se ha vestido de nieve la palabra que andaba
el viento se lleva etéreas hojas que no pesan nada
sin márgenes ni renglones donde poner un ancla
pienso, siento, miro los  cielorrasos
sus callados rumores son telones claros
despoblado de hojas me vacía el hallazgo de este  otoño extraño,

la neblina espera , también blanca.   y percibe mi cenicienta mirada

domingo, 10 de abril de 2016

Interrogantes



si  se repiten
necesitan tratamiento

si se responden  y aprenden
son hojas del árbol perenne

la sabiduría incluye no interrogar

lo que jamás podrá ser contestado

lunes, 4 de abril de 2016

Disociar, diferenciar y otros sinónimos.



Ella o él,  habían dejado una rendija
un espacio pequeño por donde entraba el viento,
el puente levadizo nunca estaba abierto
la casa de  las murallas  tenía armaduras de cemento,
no sé  por qué misterio yo pasaba entre los barrotes
-hierros arrumbados y gruesos-
tenía accesos  a  aquellos pasadizos secretos,
ningún guardia me pedía documentos,
no era médico, mago ni chamán
sólo leía la pesadumbre de los semblantes serios,
algunos conceptos,  la travesura  de los verbos
jugar  al ajedrez con los silencios

Yo quise que ella o él se miraran  en el espejo
para mí el existencial sufrimiento  no tenía ningún sexo,
ella o él veían  a su manera, sacaban fotos
interpretaban sus  libretos , el escenario de los cuentos,
yo les  daba contra ejemplos, invertía los reflejos,
cambiaba los ángulos de mirar el firmamento
les daba vuelta las palabras como un guante viejo,
los guiones estaban hechos los ojos estaban en el cerebro,

en el cuarto de los lamentos  yo conocí las lloviznas de sus ánimos
sin darse cuenta me dieron  las llaves de aquellos recovecos
las postales que guardaban en cajas de zapatos aquellos  universos,
separados en los encuentros  y cada uno de ellos a su debido tiempo,


tan distintos y tan iguales 
tan ajenos y  tan propios
tan sinónimos y tan antónimos…
es posible que después
de la catarsis de sus días de mal agüero
cuando ella o él  con su compulsión repetida
durmieran  con sus personajes viejos
-yo- en el descanso de distanciarme
tuviera  la misma piedad
para conmigo
y más tarde

para con mis versos…