…de noche suelo circular por los barrios de mi mente
voy por
calles poco conocidas algunas por primera vez
en una casa
se escuchan campanadas de un reloj de pared
la otra
ciudad duerme quizás también sueña
veo alguien
que pasea en sus claroscuros de sus luces y apagones
asumiendo intemperies de
suspensos e incertidumbres
¿soy yo o el
otro yo que me habla , me mira o me escribe?
figuras
duplicadas y distintas, sinónimos no tan parecidos
jugando cada
uno en sus conceptos y categorías
dialogan en
la penumbra - una cara diferente de la otra –
no conozco
toda la dimensión de esa ciudad
vago por
momentos por ella y me sigo asombrando
algunas son
avenidas y bulevares luminosos
reconozco
algunas calles: la de los pensamientos,
la ruta de
las emociones, la cortada de los prejuicios
la plaza de
las alegrías, el café de las tertulias
la peatonal
del amor y la ternura, el pasaje de los miedos
el club de
los amigos, los rincones de la familia
el
restaurante de los sabores, la pareja y el placer de hacer lo que nos gusta
el gimnasio
de las neuronas, el salón de los
silencios
la
asociación de ajedrez “los cuatro mejores”
el taller de
escritura, los jardines de los días calmos
el puente,
atalaya del laguito, la pileta del centro
el parque de
la concordia, la esquina de las decepciones
el
cementerio de los caídos y algunos vivos
les saco
fotos a aquellas instantáneas, viajero y
no turista de esos territorios
merodeando
esas inquietudes
leo en las
mañanas mis neblinas
en el
abandonado control de mis renglones
aquella
extraña anarquía
me sostiene
la idea y el amor
los laicos
principios de mi religión
la levedad
de un papel
el extraño
dictado de una escritura inconsciente
los lápices
perdidos que me recuerdan mis placeres y mis olvidos…
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