“Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca.” Jorge Luis Borges
“Una biblioteca no es un conjunto de libros leídos, sino una compañía,
un refugio y un proyecto de vida.”
Arturo
Pérez-Reverte
El lugar de encuentro era una librería,
a Mario le gustó la idea, me lo confirmó más tarde. Las librerías se parecen a
las bibliotecas a pesar de no contar con ese silencio inteligente, casi
religioso, aunque la calma es parecida y
el ajetreo de la mañana pasa más inadvertido.
Él me recomendó un libro titulado “El
poder de las palabras”, yo leí fragmentos de algunas páginas. Mario se llevó un
libro de Patrick Modiano, novelista francés, aunque para mí sonaba a otra
nacionalidad.
Hoy las librerías han incorporado
sabiamente el café-bar generando un
ambiente muy especial que nos invita a conversar.
La verdadera tertulia acontece en esos descansos, fuera de los negocios, las
ambiciones cotidianas y los trabajos.
En la conversación el otro o los otros
ven lo que nosotros no vemos, a veces, nos escuchamos a nosotros mismos, en
síntesis, aprendemos a mirarnos y a escucharnos a cierta distancia, como si el
ego se distrajera un segundo con el sabor y el aroma del café, aprendemos a pensar más y mejor, a entender los matices
de las variadas emociones, a ponerle palabras.
Conversar cara a cara o en pequeños
grupos. Diferenciar charlar de conversar, la clave está en: ¿Con quiénes? , los
temas y los tiempos.
Y ahí cerca nuestro en las estanterías
y en las mesas el universo que alberga todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario