sábado, 31 de octubre de 2020

Comprender.

 


La palabra "comprender" viene del latín comprehendere y significa "entender, capturar completamente lo que sucede o lo que se ha dicho".

Somos uno y somos un nosotros, pero por favor no pongamos en otros nuestras historias. A veces conjeturar o suponer  en las relaciones humanas puede resultar destructivo. La imaginación tan deseable en el arte y en el mundo laboral puede ser nefasta en lo interpersonal, solo basta leer la “Historia del Martillo” en el libro “El arte de amargarse la vida” de Paul Watzlawick.

El mejor consejo al respecto me lo dio una psicóloga amiga refiriéndose a lo que dio en llamar “Disociación instrumental” entendiéndose por ella a la capacidad de identificarse con las personas y los hechos pero manteniendo cierta distancia.

La comprensión deviene no de la igualdad en conceptos y sentires, la comprensión se da cuando podemos entender la vida situada del otro, su  contexto,  su perspectiva, cuando podemos bordear su circunstancia, algunos limitados indicios de su subjetividad.

Quizás cuando por una razón u otra esto se nos devela, generalmente de forma accidental y no intencionada,  aparece la empatía que no tiene nada que ver con mimetizarnos con el otro.

Escrito o mental nosotros no tenemos acceso al libro de los otros y sobre nuestro propio yo la escritura es perpetua, frecuentemente incompleta y aún con muchas páginas en blanco. En este último caso una autobiografía donde se mezcla ficciones y realidades, una versión de nosotros mismos.

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