miércoles, 29 de enero de 2020

Reposo.



                               “Si nuestra mente esta perturbada e inquieta,
                               dejar actual al tiempo,
       y el reposo se producirá lentamente.”   Lao Tsé (Tao Te King)

Nunca supe si aquel virus era psíquico o físico, psicosomático o somatopsíquico, tal vez todo comenzó con alguna tristeza que más tarde se alojó en algún lugar de mi cuerpo, a veces se dice que algunas “…itis” son formas de llorar por otros lados.

Muchos inconvenientes surgen por un egoísmo estúpido,  por una  necesidad de intervención, algo así como una compulsión a la acción y todo ello sin que nadie las pida. Nosotros sabemos “en el fondo” (?) que el mundo y los otros no viven como uno y además no todos comparten nuestras mismas  normas, también podríamos agregar las múltiples percepciones, subjetividades y sentires.

Creemos que hay que hacer algo, como subir una gran montaña, cruzar algún río o visitar a una mujer sabia o un hombre elevado, todo a cambio de un altruismo falso que nadie nos demanda.

El hecho de no hacer nada tan espontáneo y natural en muchos contemporáneos, resulta dificultoso y paradójicamente agotador para personas propensas a la compasión. Sin dejar de considerar el lado cultural que supervalora el esfuerzo como si este asegurara siempre un resultado (para algunos ganancia).

Al fin me convencí que la terapia correcta era el reposo, el no hacer nada, nunca me imaginé que difícil me resultaría aplicarla.



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