Des-orden.
De tanto en tanto hacemos algunas pequeñas mudanzas en
nuestro departamento, algún mueble que encuentra otro espacio, el remplazo de un espejo que ha
perdido sus brillos, una planta que necesita más el sol, una foto que se ha
cansado de mirarnos, y entre otras cosas,
algunos libros apiñados en el escritorio, en las mesitas de luz, en
alguna caja o en los estantes.
No sé a ciencia cierta si la biblioteca se ordena o se
des-ordena con tantos traslados, a simple vista los libros están alineados como
soldados en sus espacios reservados, la mayoría en posición vertical y unos
pocos horizontales.
Es extraño que la biblioteca guarde para sí ese silencio
inteligente de los lugares sabios y sagrados aunque las posiciones de sus
autores sean en varios casos tan
dispares.
Revisando las cercanías y vecindades Nietzsche y Platón
estaban junto a Kawabata y Saramago, los temas también se mezclaban “La
sexualidad femenina” y el “Tao te King”, “La rebelión de las masas y “Historia
de una biblioteca” “La nueva psicología del amor” con Tomás Moro y
Maquiavelo, “La inteligencia emocional” y el “Mundo de Sofia" , Bateson y Freud
con Sabato, Borges, Arlt y Bioy Casares, entre otros.
Me temo que de ese universo surja otro Big Bang, pero
estoy predispuesto a sentir y a pensar que el caos se ordena y el orden solo es
una quimera.
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