Quizás la
palabra –esa mujer-
y su
compañero escribiente
necesiten el
tiempo-espacio de la calma
dejar que
sedimente
en el fondo
de sus lagos
la claridad
de sus aguas
…
tal vez para
estar de acuerdo
con sus
momentos
sea necesario explorar
los modos
nuevos de sus tiempos
buscar en
sus cuerpos
los lugares inexplorados
permitirse ensayar
otra escritura
con los
lápices de sus manos
…
bucear en
los sueños
sus
contra-caras
el rostro
que hay
detrás de
aquellas máscaras
…
dejar que
salga el grito
de aquella
mudez,
jugar y
jugar-sé con el otro/otra
no poner una
línea
en la geografía
de sus sábanas
…
Calentar los inviernos
con los
ocres encendidos
mezclar
colores,
hacer
pinturas extrañas
degustar la
fantasía
erotizar los
instantes
desnudar los prejuicios
buscar la
alquimia de los instantes…
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