domingo, 29 de mayo de 2016

Fe de erratas

En el poema "Trata de ser sencillo" donde dice: las mando, debería decir:  las manos

sábado, 28 de mayo de 2016

"Trata de ser sencillo"


             
        "Trata del ser sencillo
         sencillo y nada más"
         Fragmento de un poema
          de José Pedroni.

El tímido verde de los olivos
el oro luminoso del trigo
el maíz de sus brillos
perfume de albaca
el dulce de los higos
las uvas de Dionisio
algodones por el camino
mujeres y hombres
cultivan los surcos
la armonía de los ciclos
leña, fogones,
calderos,hornillos
las mando , la leche, el pan, los telares,
ellos sostienen las crianzas y los cultivos
y es sagrado lo sencillo

miércoles, 25 de mayo de 2016

El teatro de Hierapolis (Pamukkale- Turquía).

Vientos dulces nos llevaron
el concierto del agua que cae
en los silencios contemplados,
aquellos castillos de algodones
por siglos heridas han curado,
cuesta arriba por el teatro de los días
mujeres y hombres  suben y bajan escaleras
dejan huellas en las piedras que pisan,
pasiones de doble vía - idas y venidas-
desde los tejados de la colina
laberintos, caracoles, curvas indecisas
esferas incompletas, elipses indefinidas
por la tierra a algún lado se camina,
suerte, deseo, propósito, sentido
persistencia, esfuerzo y algo de alquimia,
la lluvia aromas germina- olivos a la vista-
otra vez el viento la vida nos agita
mientras el sol nos calienta una sonrisa.



domingo, 22 de mayo de 2016

...y una noche .
..en la ciudad de los cuentos...

Uno desea aquel sueño
de dar un momento

Uno desea aquel sueño
de abrazar el encuentro

Uno desea aquel sueño
de gozarlo sin tiempo

Uno desea aquel sueño
el contacto del cuerpo

Uno desea aquel sueño
dormirse de nuevo

Uno desea  aquel sueño
de tocarnos por dentro

Uno desea aquel sueño
por siempre aquel fuego

Uno desea aquel sueño
vivir aquel cuento...

viernes, 20 de mayo de 2016

Cada cual atiende su juego.

                                          Estambul, Anclado en el Bósforo.

A veces habría  que jugar a un juego
que no sea de uno o de otro
inventar uno que sea de nosotros

Dejemos por un rato
el mercado del Gran Bazar
descansemos del negocio

que el regateo
sea jugar de nuevo
del juego dueños somos todos

que sea un partido
de jugarnos por entero
tu,  yo y el otro

que Don Antón
no tenga prendas
por olvidarse de su juego

que te incluyas y me incluyas
que sólo tengamos
los Cronopios en el pecho

que hagamos más largo
aquel recreo -que no sea-
un instante del colegio

que no haya que elegir a Cristina o a Pedro
que vaya al arco quien quiera ser arquero
que jugar sea el juego...



lunes, 16 de mayo de 2016

La valija del Señor Ortíz.



Entrenador de nadadores competitivos, mis nietos entre ellos, participante activo en los Torneos Nacionales de  distintas categorías, representante técnico en diversos torneos internacionales, apasionado defensor de su Deporte, son unas breves líneas de su abultado currículum, mención necesaria para delinear el contexto. Breves líneas que seguramente el escribiría mucho mejor.

Con tal profesión resulta evidente que la valija es un elemento imprescindible de su tarea, acostumbrada a viajes, aeropuertos y  traslados a decenas de piletas, característica  que le permite ostentar el título de viajero y no turista.

En un intercambio fugaz  que nos ofrece la tecnología apelamos  a una breve  escritura  sobre sus percepciones y sentimientos acerca del contenido de su valija, me comentó las cosas inmateriales e invisibles que  llevaba dentro de ella, sueños, deseos, necesidades, ansiedades, proyectos, y de todas ellas las cosas que traía a su regreso, los aplausos y los desencantos.

Me invito a escribir, contagiándome esta inquietud, sobre este objeto tan común y a su vez tan cargado de simbolismo. Nosotros sabemos que la tarea es imposible – y aquí apelo a la complicidad del lector-  ya que el otro es otro y las percepciones, entre varias cuestiones más complejas  son personales, tan únicas como personas hay. Aunque también es cierto que revelarnos en la comunicación desde cada perspectiva es el puente que define los supremos valores de nuestras relaciones.

Imaginé que la valija bien podría ser una mujer idealizada  que lleva a todas partes, una manera de viajar con ella, de estar y hablar con ella. Avanzando en el delirio, del cual cierta cordura después me permita retornar, me preguntaba ¿Qué cosas lleva? , no sería extraño, por esas cuestiones mágicas, que llevara una pileta dentro de ella, a la que sólo puedo describir con sus azulejos de color turquesa, andariveles de color y sus clásicas “rayas negras” objeto de reflexión de sus propios deportistas.

Para los más objetivos y concretos es posible que llevara: dos  cronómetro  ( a veces 3), una notebook, una carpeta repleta de nombres y tiempos, un libro muy técnico y muy gordo que seguramente no podría leer pero que le daba cierta tranquilidad tenerlo, un block de notas aún en blanco, 4 biromes de color (negra, azul, roja, verde) un resaltador amarillo, 5 remeras, un buzo completo deportivo, una campera para la lluvia, un pantalón negro, un par de zapatos, un par de ojotas, algunas fotos, una camisa, un pullover, 6 mudas de ropa interior, 3-4 pares de medias, un cepillo de diente, crema dental para viaje, una soga elástica, 6 ganchitos para colgar la ropa, un alicate y lima para uñas, una Victorinox , un botiquín y un amuleto. Estas las cosas materiales… pero en los huecos de la maleta, en los intersticios, en esos espacios vacíos ¿qué otras cosas llevaba el Señor Ortiz?

A los objetos le damos vida, los humanizamos como una extensión de nosotros, la oportunidad de escribir buceando en el cruce de las subjetividades y lo imaginario, me impulso a sumergirme  en esas aguas. Recordé que las ollas de mi madre que aún existen,  no tienen la vida de antes, quizás hayan muerto con ella y hoy  representan el recuerdo grato de su cocina, del amor por juntarnos con sus ñoquis, la alquimia de paladear los afectos.

Imagino la carta de Ortiz a su equipaje, sus amores y desvelos, cuántas ilusiones que no son tangibles ni tienen peso a la hora de despacharla en el aeropuerto. Mi tarea es imposible porque no puedo hablar de lo que siente, sólo sé que cada amor tiene algo de incomprendido, el otro ama de otra manera, esto es bueno saberlo para no sumar dos decepciones, una relación sana quizás resida en tolerar un monto indeterminado de nuestra natural incompletud, quizás de esta manera, desde la empatía pueda acercarme a la dermis de su piel no sin antes recurrir a cierta disociación instrumental, es decir, identificarme  pero a su vez mantener una distancia para que mi rol específico  de escribiente no sea abandonado.

De todas manera nosotros sabemos que este escrito solo alcanza las orillas  de ese océano, que abarcan el mundo interno y sus  sentires, esto es sólo una traducción aproximada  e incompleta de algunos intercambios, donde se mezclan lo real y lo simbólico, sabiendo que todo no puede pesarse ni medirse con la balanza de las evidencias.

Siguiendo con estos permisos de la escritura, uno puede también jugar con lo que no ve, pidiendo disculpas de antemano por el atrevimiento, no veo en la valija espacios de silencios, esos pequeños lugares que quedan entre dos prendas, en algunos pliegues de la ropa, esas zonas que uno inventa, que a veces requieren una modesta variable temporal de treinta minutos, puede ser un café fuera y lejos de la pileta, una plaza, un banco frente al río, una biblioteca en silencio… un lugar donde estar y no hacer nada y escuchar la sabiduría del silencio.

Sugiero, intromisión  mayúscula de mi parte, llevar un libro pequeño de filosofía, preferentemente de los clásicos que tan bien entienden de las pasiones humanas, u otro de literatura, sin  importar el género, por iguales razones, no me atrevo a recomendar ninguno porque los libros hay que degustarlos personalmente, algunos tienen sabores dulces, otros amargos y en los mejores están entremezclados. Los libros necesitan ser re-escritos y lleva un tiempo animarse y esperar el proceso que culmina con   sus regalos.

Si bien podemos acordar que los aprendizajes técnicos son muy importantes, los más valiosos son los aprendizajes afectivos que traiga en maletín de sus viajes.

A la espera de este  correo veloz y eléctrico, un mail de tus nuevos y grandes viajes, así intercambiamos con tu valija mis viajes imaginarios.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Instantes perpetuos.


La vida también está hecha de etéreos e ingrávidos momentos
aquellas manchas invisibles en nuestras sábanas
los sudores dulces de la piel
una invisible escritura que hago sobre tu espalda
una sonrisa inolvidable en un instante inolvidable
esos juegos entre nietos abuelos padres y amigos
un banquete inesperado hecho con nuestras propias manos
los sabores de un diálogo interesante
una expresión de cualquier arte que nos toca el alma
un amanecer mirando girasoles
un atardecer con un mar de horizonte
un libro que te atrapa en tus manos
un logro que compartes
enseñar y descubrir algo inesperado
despertar –que no es poco-
decir la justa palabra en el minuto  más necesitado
alentar, acompañar, inspirar

estar en silencio cuando el silencio es sabio

lunes, 9 de mayo de 2016

Un tema existencial.



Cuando miras al sol
aquellas brillantes  transparencias
tienen  sus sombras negras,
explora el contexto, el paisaje que lo alberga
las circunstancias que lo despiertan
¿Qué fue lo que agitó tus cimientos?
¿Qué temblor estremeció tu centro?
¿Qué convulsionó tu esencia?
¿Qué conmocionó tu corazón?
¿Qué excitó tu conciencia?

la suma de  cumpleaños que llegan a un número redondo
un evento que no repetirá sus momentos
un testamento donde quedan claro tus afectos
un hallazgo inesperado de algún estudio médico
un amigo que sorpresivamente  ha partido
alguien que ha envejecido más rápido de lo común
algunas  fotos  que muestran el límite de  tus pérdidas
la subjetividad de nuestros miedos en los días de tormenta
una mascota que nos dejó sin el cariño de sus juegos
una relación que se ha partido en mil pedazos…

después del sobresalto, de imaginarme el escenario,
hable con la  doncella de seductoras sedas, cruce el río
de mundos opuestos, intercambiamos angustias y pesares
la reina de Tanatos tiene sus propios problemas existenciales
de aquellas charlas –es extraño- siempre volví con calma
aprendí que la vida inexorable avanza hacia adelante
que uno la honra y la sigue con lo que puede y lo que tiene
que otros se distraen, se evaden, miran para otro lado
mientras yo juego al ajedrez en la estrategia de los finales
miro el reloj, pienso y siento mis mejores jugadas




domingo, 8 de mayo de 2016

Entre emergencia y desastres hídricos.


                                                        A 13 años.
El agua irrumpe, desborda, avanza
su sediento poder todo lo arrasa
es un sueño negro que inunda la noche
y cubre hasta los techos del urbano paisaje
se lleva todo, los muebles los libros mi equipaje
yo vi secar las fotos al sol en un  mes de mayo
la humedad dejaba una neblina en  la memoria
lo que yo era, lo que tenía,  antes del desastre
yo estuve en la vigilia oscura de perder la calma
cuando la intemperie no pudo enfriar más  mis entrañas
y sin darme cuenta, sin darnos cuenta, sin pensarlo
paso a paso, día a día, semana a semana

volvimos a caminar por la vereda cálida

jueves, 5 de mayo de 2016

Clases de yoga



Vacía, silencia, simplifica
enlentece, sostiene, diferencia

suspende las creencias
serena el ego

haz una cosa por vez
evita la fatiga

y de viejo –diría mi madre-
una cosa por día

no confundas el afuera
con lo que sientes adentro

no esperes nada
disminuye las expectativas

contempla el silencio inteligente
la sabia quietud del lago

que la palabra pase
por el tamiz de tu sentir

no te apures, el cuerpo dócil
hablará sin decir

flexibiliza, conversa, incluye
inspira, anima

respira
y deja fluir