miércoles, 15 de abril de 2015

¿A dónde van las palabras cuando mueren los poetas?



Ya no saltan,
ahora ni el viento
las desparrama,
ya son una escultura,
no cambian de lugar,
no ensayan su danza,
duermen en la arena
-sin soñar-
ya no juegan en su neblina
de  sedas blancas,
la emoción congelada
no despierta la mañana,
la visión que dibujaba la palabra
pinceles negros la callan,
descansan los versos
en la siesta de sus tramas,
alguien ha guardado sus rosas
-el perfume de los momentos-

entre sus hojas.

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