Tendría que sentarme en el medio
ser un tercer observador
entre esas dos sillas
decidir dónde está el fiel de la balanza
entre ser tan paciente con los
otros
y tan poco atento a mis manías
¿cuál será la frontera del
instante
entre la gratificación y la
herida
entre lo que hice y lo que
haría?
¿quién modera la expresión
carnal del sentimiento, aquellas
disfonías
y esa compresión siempre tardía?
¿quién me muestra otros colores
entre los blancos y los negros
sin ningunas regalías?
¿qué espejo refleja
las emociones de uno y otro
en sus
idas y venidas?
¿Qué conciencia despertará algún
día
junto a mis solitarias minorías
haciendo terapia de puentes y
osadías?
¿se podrá desde ese umbral
imaginar la lejanía
haciendo equilibrio en la
cornisa?
No hay medianera ni medianía
todo se mira todo se inclina
todo se mezcla en mis neblinas
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