El salón esta deshabitado de aquellos olores,
la trastienda esta al desnudo,
le falta levadura a la mañana,
nadie anuncia la primer horneada
Cuando muere una panadería
muere algo de mi infancia,
perdemos algo nuestro –de cada día-
y esa ausencia de harinas y masas
miércoles, 28 de septiembre de 2011
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