El lenguaje corporal, por decirlo de alguna manera, es un lenguaje de pocas palabras, o de palabras contundentes o de otras…
Tal vez se reduzcan a 27 (veintisiete) sensaciones, como las letras de nuestro abecedario si sacamos la “LL” y la “CH”. Más el código resulta difícil de descifrar ya que una sensación puede significar varias cosas, a veces opuestas, y si además, agregamos posibles combinaciones y relaciones con otras que emergen en simultaneo, resulta un rompecabezas complejo de codificar.
Este ajedrez sensorial que determina nuestros tonos, en el sentido amplio del término, posee una sabiduría inconmensurable, digna de explorar, quizás tan profunda como el mismo inconsciente.
Vecindades
Si traspasas el umbral,
si cruzas el puente,
si atraviesas tu espejo,
si golpeas la puerta,
si puedes vadear por el otro lado de las vías,
si pasas por la calle de enfrente,
si tocas el timbre o llamas por teléfono,
si invitas o te invitan un café:
encontrarás a todos los hombres
te buscarás en ellos
y serás igual, parecido y diferente.
jueves, 10 de febrero de 2011
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