en aquella intersección se encontraron
avanzaron por las grietas de un edificio viejo
el mimo acompañado de sus expresivos silencios
un cuerpo lleno de palabras que traía desde la plaza el viento
el malabarista con sus tres naranjas y su semáforo quieto
un payaso que acumulaba los deshechos y hacía magia con fragmentos
cada cual con sus danzas y sus gestos
ad-mirando el desusado encuentro
alguien saltaba, trepaba, corría lleno de júbilo
traía de los bordes del patio el extraño movimiento
el árbol de la escuela -mientras tanto –
recordaba las savias y colores de todos sus tiempos
esa multitud de personajes animaban lo diverso
de todo lo humano excluyeron la pretensión de hablar de lo perfecto,
de miradas estaba todo lleno – de plurales y verbos-
acordaron lo común: sostener la fuerza de lo pequeño
sábado, 27 de noviembre de 2010
miércoles, 17 de noviembre de 2010
La muerte del gusano de seda (I).
Ha tirado algunos papeles amarillos
que ya estaban muertos de antemano
ha sacado sus astillas
-los dolores vanos-
ha cambiado los libros
en estantes impensados
ha hecho una mudanza
de muebles del pasado
ha decidido volar sin sobrepeso
hablar sin engaños
escribir
por cualquier lado
La muerte del gusano de seda (II).
las fotos pierden los lugares acostumbrados
el viento trae aromas de todos lados
el fuego quema su hojarasca
y los petardos no le sobresaltan
libre, vacío,
lleno de señales por sus calles
tiene indicios de huellas en el aire
carteles de sus puntos cardinales
tiene más presente que pasado
y menos tiempo en el banco
talla en madera aquellas letras
un mundo en sus manos –los espacios inventados-
La muerte del gusano de seda (III).
Se extraña de andar despacio en los remansos,
de que los ácaros de sus alfombras
hayan huido a buscar otras alergias,
de verse nuevo en lo que conoce e ignora,
de vivir con gerundios y encontrar nuevos personajes,
de mantener sus modos y sus formas
ese estilo de andar por el mundo,
se mira en las distancias
escribiendo en tercera persona su retrato
sin ningún intermediario,
entrega-regala a quién quiera:
armaduras y espadas espartanas,
héroes de distinta calaña,
egos de subasta,
sirenas que encantan
que ya estaban muertos de antemano
ha sacado sus astillas
-los dolores vanos-
ha cambiado los libros
en estantes impensados
ha hecho una mudanza
de muebles del pasado
ha decidido volar sin sobrepeso
hablar sin engaños
escribir
por cualquier lado
La muerte del gusano de seda (II).
las fotos pierden los lugares acostumbrados
el viento trae aromas de todos lados
el fuego quema su hojarasca
y los petardos no le sobresaltan
libre, vacío,
lleno de señales por sus calles
tiene indicios de huellas en el aire
carteles de sus puntos cardinales
tiene más presente que pasado
y menos tiempo en el banco
talla en madera aquellas letras
un mundo en sus manos –los espacios inventados-
La muerte del gusano de seda (III).
Se extraña de andar despacio en los remansos,
de que los ácaros de sus alfombras
hayan huido a buscar otras alergias,
de verse nuevo en lo que conoce e ignora,
de vivir con gerundios y encontrar nuevos personajes,
de mantener sus modos y sus formas
ese estilo de andar por el mundo,
se mira en las distancias
escribiendo en tercera persona su retrato
sin ningún intermediario,
entrega-regala a quién quiera:
armaduras y espadas espartanas,
héroes de distinta calaña,
egos de subasta,
sirenas que encantan
jueves, 4 de noviembre de 2010
Reflejos de cambios y permanencias.
El azar lo enfrentó
reflejado en dos espejos
que cara a cara conversaban
su identidad tan corpulenta
de perfil y postura congelada
mostraba una escultura de rígida mirada
el otro: narraba, modelaba
las sorpresas de las historias
que pintaba y bailaba en su trama
al fin entendieron la amistad
las reglas del juego
los placeres del convivir
el primero se desprendió
de las cosas que pesaban
mientras miraba su marcha
el segundo se animaba
a buscar los signos
que le gustaban
reflejado en dos espejos
que cara a cara conversaban
su identidad tan corpulenta
de perfil y postura congelada
mostraba una escultura de rígida mirada
el otro: narraba, modelaba
las sorpresas de las historias
que pintaba y bailaba en su trama
al fin entendieron la amistad
las reglas del juego
los placeres del convivir
el primero se desprendió
de las cosas que pesaban
mientras miraba su marcha
el segundo se animaba
a buscar los signos
que le gustaban
martes, 2 de noviembre de 2010
La percepción de las formas.
“ No es el ángulo recto que me atrae,
Ni la recta. Dura, inflexible,
creada por el hombre. Lo que me
atrae es la curva libre y sensual.
La curva que encuentro en las montañas
de mi país, en el curso sinuoso de sus
ríos, en las nubes en el cielo, en el
cuerpo de la mujer preferida.
De curvas esta hecho todo el universo.
El universo curvo de Einstein.
Oscar Niemeyer.
Ella es curva y lisa
de naturales cúspides y ríos
ella es el mundo que anhelo
sinuoso, suave, de espirales que transito
con mis ojos cerrados
la toco, la palpo, la rozo
ella es la que lima
los ásperos otoños, aquellos fríos
ella es la arquitecta
de los espacios que acaricio
a ciegas la percibo,
tengo impresiones en redondo
siento los girasoles
en las orillas de mis caminos
Ni la recta. Dura, inflexible,
creada por el hombre. Lo que me
atrae es la curva libre y sensual.
La curva que encuentro en las montañas
de mi país, en el curso sinuoso de sus
ríos, en las nubes en el cielo, en el
cuerpo de la mujer preferida.
De curvas esta hecho todo el universo.
El universo curvo de Einstein.
Oscar Niemeyer.
Ella es curva y lisa
de naturales cúspides y ríos
ella es el mundo que anhelo
sinuoso, suave, de espirales que transito
con mis ojos cerrados
la toco, la palpo, la rozo
ella es la que lima
los ásperos otoños, aquellos fríos
ella es la arquitecta
de los espacios que acaricio
a ciegas la percibo,
tengo impresiones en redondo
siento los girasoles
en las orillas de mis caminos
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