domingo, 3 de octubre de 2010

Discurso(S).

uno es también lo que puede escribir,
lo que calla,
la palabra que ha perdido
o nunca halló

es además, lo que decide leer
el canon que elige
el abandono de la copia
la decisión de reescribirse

¿ acaso hay algo o alguien
o esas sociedades anónimas
que ya moldearon
nuestra escritura?

¿tal vez nos implantaron
una tediosa novela de domingos
transitando caminos repetidos
y amansados?

existe un mar inmenso
a la derecha y a la izquierda
-en honor a la justicia-
de mis existenciales preguntas

tenemos que cuidarnos - con vigilante crítica-
de los argumentos instituidos,
de la experiencia ignorada de los hombres secos,
del éxito de la medallas y los bolsillos

creyentes o no
podemos protestar
de los arquitectos de las viejas catedrales
del altar de aquellos paradigmas

prefiero este espiral de letras inconclusas,
ese universo de lo ínfimo jamás inexplorado,
la angustia eterna de la escritura perpetua,
la aventura de inventarme

el fluir de abandonarme al juego de las escrituras,
la lúdica presencia de mis ignorancias,
la ciega persistencia de las luces
en los frágiles y eternos pergaminos

un cuadro de neblinas
un encuentro de canciones
el cuerpo de múltiples escenas
una palabra de vida

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