La palabra justa y el pincel extraño.[1] ( Propiocepción de la historia)
…la historia hay que contarla
-el cuento incomoda-
sólo hay lápices pasteles
pinceles opacos , recortes de diarios
la pintura desborda el marco
la escritura abandona los márgenes
hay pájaros libres
y alguno prisionero de mi(s) carne(s)
de tanto en tanto
abruma la bruma
partes de navío –aquel naufragio-
la imposibilidad del barco
y pronto a un nacimiento
los muertos que llevamos
dolores argentinos
malestares plurales
inconsciente colectivo
nativos y heredados
un color irrumpe los descansos
una letra me despierta
a las cinco menos cuarto
y yo sin los andamios
el arte –extraño-
regala placeres y des-engaños
hay papeles destrozados
lienzos mal-gastados
insomnios iluminados
soles que queman recién pintados
la gente cree lo que lee
lo que escucha en la pantalla
lo que dice el uno del otro
y el otro del otro
cada cual piensa en su balanza
cascotes vienen, cascotes van
maestría de lanzar, poco arte en dialogar
y un demonio militar
nadie ve mejor que su mirada
-la sordera acompaña-
indago la palabra
aquella babel de la historias
sombra de los textos
pinceladas de charlas
¿quién agiganta o achica aquellos hechos?
soy lector de silencios
observador observado
el hombre de la escena que has pintado
el adjetivo que calla
en aquellos fragmentos, la voz apagada
en un tiempo
explotaba la palabra
aquí y ahora
me acompaña
una sangre de corazón
nos hermana
una paloma llora
en la mañana
nos duele la palabra perdida
la pintura olvidada
en el blanco papel
-que no entiendo-
la palabra justa
o la justa palabra
¡ no la encuentro! ¡no la encuentro!
en el renglón eterno
¡pinta! ¡pinta!
¡la palabra! ¡la palabra!
[1] Contexto de producción: Eleonora Pérez me envía un foto digital de su cuadro( la imagen se añade al blog). El poema surge como un cruce de lenguajes, a sabiendas de que una traducción es imposible ya que existen tantas traducciones como observadores posibles. Estas letras sólo son un reflejo de los muchos que tiene una pintura, como el agua de plata de un río, cuando el sol está en lo alto.