" Respondí que lo sobrenatural, si ocurre dos veces, deja de
ser aterrador: Le propuse que nos viéramos al día siguiente,
en el mismo banco que está en dos tiempos y en dos sitios."
Jorge Luis Borges.
A veces converso con el otro, un conocido que comparte esta hermosa y única casa, es decir nuestro cuerpo.
Quién escribe es el que ostenta más poder, al que se le atribuye esta batuta de director de orquesta, el que siente, piensa, dice y actua primero, en nombre de supuestos mandatos consensuados.
Me enojo frecuentemente con él en nuestro destiempo, tal vez porque es más joven o más torpe, que no es lo mismo. Me parece lento en sus reacciones, aún no es y quiere ser.
También hay un duplicado por ahí, algunos afirman que es mi gemelo, igual en mi aspecto, un calco, el doble que todos tenemos (?); quizás el que podría haber sido. A este último ya no lo recuerdo, más precisamente lo ignoro, como un pariente distante de irreconciliables asimetrías.
Este yo, con tantos otros que desconozco, ultimamente se confunde, alguno de ellos despotrica con esos diarios zapatos marrones y en acalorada discusión levanta el tono: - es imposible ser siempre el mismo -.
Confieso que he perdido cierto liderazgo a juzgar por mi buena salud, ya vivo muchas vidas, siento que esta pluralidad me favorece.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
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