extraño los ojos del asombro
aquella mirada de niño aventurero
la adrenalina de sus días temerarios
alguna ternura que creo conservar de aquel
antaño
a veces lo encuentro en el arte de nuestras
charlas
en los sutiles gestos irrepetibles en la
complicidad de una circunstancia
en otros momentos en los ocres nuevos de
nuestros otoños
en los lúdicos instantes detrás de una pelota o
en el tablero de ajedrez
en un verso que me sorprende con palabras impensadas metáfora y oxímoron
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