Lo tomo entre sus manos
el fruto de su manantial
la cosecha de un sueño
la semilla germinada
en esa tardía noche de verano
sintió su piel
la otra piel
aquel desprendimiento
y la plenitud de ese encuentro
Lo tomo entre sus manos
el fruto de su manantial
la cosecha de un sueño
la semilla germinada
en esa tardía noche de verano
sintió su piel
la otra piel
aquel desprendimiento
y la plenitud de ese encuentro
“
;
el infierno son los otros” (Sartre).
Yo veía en el horizonte
un lugar donde llegar
ella veía la bruma
en aquel firmamento
él una luz brillante
en esa lejanía
ellos en el mismo confín
la autocrática línea del partido
según de qué lado estás
ves un seis o un nueve
u otra cosa…
Me place enseñar y aprender por ello celebro de igual manera
el día del profesor y el día del estudiante.
Disfruto de las actividades lúdicas, en particular de los
deportes con pelotas sean estos individuales o colectivos; también incluyo al
ajedrez en la categoría de deporte mental. Agrego esa sensación de libertad de
andar en bicicleta o caminar, estar en contacto con la corporeidad en el
sentido amplio del término cuando asisto a una clase de yoga o de técnicas
corporales. También la ingravidez de nadar y toda la riqueza perceptiva de
estar en el agua, disfrutar de la naturaleza y de las ricas, diversas y amplias
relaciones humanas que estas actividades generan.
Cultivo las tertulias, las reuniones de café, el arte de la
conversación, el maravilloso intercambio de ideas y experiencias de la vida.
Me gusta escribir, además de la docencia la considero mi
segunda profesión, la ejerzo vocacionalmente sin la prisa de las necesidades
materiales. Para completar la diada no podría estar ausente el universo de la
lectura.
Estoy predispuesto a pensar que la idea y el amor son
las pasiones más claras y elevadas,
sentir y pensar son indisolubles. Entiendo la palabra amar como una facultad,
actitud, necesidad profunda, también como construcción y como un legado. Valoro
trabajar en lo que se ama y estar con quién amamos.
Elijo más las preguntas abiertas que las respuestas cerradas,
tener proyectos y metas y mientras se transitan disfrutar del proceso aunque
algunos se concreten y otros no.
A pesar de los vaivenes económicos que el mundo nos depara,
aún en las épocas de vacas flacas siempre tuve lo justo y necesario y soy
agradecido por ello, a veces tenemos más de lo que necesitamos.
En cuanto me es posible me alejo del ruido, las estridencias
y las expresiones disonantes, me irrita al igual que un músico las notas
desafinadas, en mi caso parecida sensaciones tengo con el maltrato del lenguaje.
Intento honrar las palabras, y fondo y la forma son dos conceptos que van de la
mano.
Este es un pequeño biografema de mis cosas esenciales,
destellos y fragmentos que orientan mis
sentido(s).
Los alumnos del
profesorado me miraban sorprendidos, otros se ruborizaban por mi atrevimiento cuando en
la parte final de la clase, en los cinco minutos últimos, me dedicaba a leerles
o recitarles un cuento, un poema o una parábola breve. Incluso algunos murmuraban
por mi extraña predilección.
Con el tiempo la palabra les fue penetrando con la suavidad
de sus encantos, al cabo de un tiempo me pedían ese espacio mágico que
despertaban el ritmo, la repetición, la exageración, el asombro, la sorpresa de
la última oración, esa alquimia de un universo inexplorado.
Quiero creer que algunos
se enamoraron de la palabra…
A veces las loterías sacan algunos números oscuros, nuestra
suerte está en el mismo bolillero. Yo no conozco los laberintos del destino ni
los dados de mi genética. A veces en esos inciertos días sostenemos el mismo
suspenso…
…
El tiempo debería tener ciertas potencialidades, con cierto
tiempo podríamos de decir que una bronca no era tan importante, aunque si lo fuera, el mismo tiempo nos podría preguntar ¿hasta
dónde continuarla? Los existencialistas dicen que siempre se puede elegir…
Hace unos días regresé, afortunadamente por poco tiempo, a
una guardia médica, la misma que hacia algo más de veinte años no visitaba,
aquella vez con características más traumáticas. Entonces me pregunté: ¿Me he
olvidado de aquella experiencia? ¿La he superado? ¿La he olvidado? ¿O el cuerpo
y la mente se protegen del dolor y el sufrimiento…
***
Pobreza(S).
Un señor sin ponerse colorado expresa –Siempre hubo pobres-
Otro agrega: -y siempre los habrá-
Un tercero dice: -los pobres siempre serán pobres-
Un cínico sentencia: - Los pobres tienen la culpa de ser
pobres-
Y el más terrible: -los pobres son criminales-
***
Deambulan más mentiras que verdades y el resto no se
difunde.
***
Un cartonero apila sus cansancios
en su viejo carrito de tristezas
décadas de años he visto los primeros
hoy millones gambetean el mismo hambre
a pocos metros una familia completa
comparte el mismo trabajo
a veces los miro de lejos
para no fotografiar su impotencia
yo mismo me acerco y me alejo
del dolor de su cuerpo y aquellos sufrimientos
algunos completan un trabajo de medio tiempo
ciertos hipócritas los miran con desprecio
jubilados niñas niños adolescentes adultos
la justicia no se
preocupa por las edades y los géneros
el gobierno publica es decir publicita
que ha bajado la inflación el riesgo país
el déficit fiscal y hasta ha aumentado el salario
¿por qué los carritos siguen saliendo?
Cuando recuerdo mi niñez
siento el cuerpo con energía
aquella adrenalina de mil juegos
una carrera de baranda a baranda
en la cancha de básquet
los desafíos físicos
las temerarias aventuras
caídas moretones heridas
osadías luchas cinchadas
trepar en los angostos pasillos
el asalto al tranvía
ráfagas de viento en la cara
cañita voladora, globo al aire
mi recuerdo es físico, corporal, carnal
el recreo eran los sabores de la cocina
mi abuela y mi madre en su alquimia
agitaciones corridas sudores
en el movimiento se sentía la vida
veloces bicicletas patines
pelotas de trapo o de goma zancos
…
embriagado de fatigas
el corazón rápido latía
y esa libertad por todos lados sentía
A Mónica
Alfonso
Comparto y disfruto ese encantamiento de la palabra, las
desobediencias y las rebeldías de la infancia y de otras invisibles que creo
que sostenemos. Relatos, cuentos y reflexiones donde juega el lenguaje sin
competencias entre la prosa y la poética, esas dos amigas que se encuentran.
Imagino sus
silencios, sus posturas, sus gestos, el goce, el ritual de limpiarse los
cristales de sus lentes, antes de escribir o leer en “La hora del cuento”.
Preguntas, tránsitos, miedos, las decisiones, la muerte y el
renacer de algunos paradigmas y enseñanzas, el formato religioso, los pecados,
la emancipación de estar descalzos por
un tiempo… el infinito universo de las letras.
Me identifico con las palabras con el clima de época de la niñez, expresiones,
dichos, costumbres, las fiestas, los afectos familiares…
A los relatos los imaginaba en un teatro con un formato
unipersonal, el cuerpo de la letra en escena, la escritura y la actuación, a
sabiendas que las palabras son ficción y no ficción
Empatiso con esa cosas porque las siento.
(*) Del libro “Reflexiones desobedientes: relatos descalzos”
de Mónica Alfonso
57577 sílabas.
En su métrica
procura ser sencillo
sentir y pensar
despojado de brillos
se descubren tus pieles
Niñez
Era inquieto
rebelde temerario
aquella niñez
aventurera feliz
juego y placer sin fin