“Cuanta mayor certeza se busca en determinar la posición de una partícula, menos se conoce su momento lineal y, por tanto, su masa y velocidad.” Principio enunciado por Werner Heisenberg (1927).
Einstein estaba convencido que el Átomo
pasaría ese día por la puerta de su casa. En Berna el verano era agradable por
consiguiente sacó su reposera y se instaló en la calle Kamgasse Nº 49, como quién toma sol en una
playa se quedó a la espera de que el acontecimiento sucediera.
Casi al final de la tarde, después de 6
horas de espera, una niña se le acercó con un sobre en la mano y le dijo: -me dieron esta carta
para usted- . Albert rápidamente abrió el sobre y empezó a leer la breve esquela
“Soy inestable y estoy regido por las leyes de la incertidumbre y del libro de
los cambios…”
Se despertó inquieto y sudoroso. Esa noche el
insomnio se apoderó de él, en un momento de inspiración se puso a trabajar y
creó la Teoría de la Relatividad.
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