La palabra impecable.
La palabra esa palabra
es una escultura tallada de emociones
trabajada a gubia o cincel
soñada en el deseo y en sus miedos
en ese añejo tiempo de los silencios
La palabra impecable.
La palabra esa palabra
es una escultura tallada de emociones
trabajada a gubia o cincel
soñada en el deseo y en sus miedos
en ese añejo tiempo de los silencios
La astilla del árbol familiar
el aguijón que molestaba
ese clavo oxidado por el tiempo
la ilusión que murió en una cuchillada
¿en qué lugares se alojaban?
quizás en el centro de la médula
o en un rincón oscuro del cerebro
tal vez en los huesos de los recuerdos
que necesitan ser iluminados
Busco las heridas que no se ven
la verdad al igual que una flor
germina asciende lentamente hacia la luz
la espina y la rosa
no es una paradoja
cada una tiene su historia
ni paraíso ni infierno
la vida es una compleja madeja
de pequeñas y sencillas cosas
uno quiere olvidar los dolores primeros
las heridas profundas e iniciales
simula esquiva esos emocionales golpes
algo alguien uno mismo ha cortado
la sensible fibra más oculta
y el órgano fantasma persevera en sus
espasmos
la sangre no olvida
aquel cristal de dolor
más tarde una lágrima abundante
conciencia tardía de un acto
allá adentro adentro
recuerda el primer llanto
madurado en lo profundo
la palabra justa la palabra exacta
será lo que te sana
Cuando estaba abajo, a nivel del piso
en un plano, en el paisaje del barrio
en el portal de la
casa adolescente
en
la aldea que circundaba mis circunstancias
estaba prisionero de aquella
mirada horizontal,
con los límites cercanos a los umbrales
–característica de los primogénitos-
el horizonte era sólo un nombre
inalcanzable.
cuando volé por primera vez
no importa la forma el tiempo o la
distancia
todo el mundo era distinto,
se podía diferenciar lo alto de lo bajo,
lo liviano y lo pesado, lo estrecho y lo
ancho
la amplitud del territorio
el mapa pequeño en donde estaba
y aquel universo y sus galaxias
no fue mi culpa no darme cuenta
todos los tránsitos tienen algunos caminos
pesados
más existe un momento, si uno lo desea
en que se cortan esas cuerdas
se rompen los candados
se des-atan los nudos
que la historia nos ha dado
y mientras andamos des-andamos
desmontamos ideas y emociones
reparamos aquella nave imaginaria de
nuestros viajes
sentimos la desnudez brutal de una tristeza-
que en otro tiempo era intolerable –
desvelamos los vacíos aquellas fallas, abandonamos una frase inventada
y en aquellos precarios astilleros de
nuestros propios y nuevos andamios
arreglamos los agujeros, los abollones, los
clavos oxidados…
con las herramientas que tenemos –primitivo
artesano-
y todo ello porque vale la pena seguir viajando…
De pronto una palabra me sorprende
empiezo a jugar con ella
yo me desnudo
ella deja caer sus sedas
y el universo se despliega
Exprimiendo el jugo invisible
destilando savias gota a gota
macerando las flores que curan
el verso en esencias de perfumes
mis jarabes y brebajes reales o inventados
y en el renglón ese silencio que imagina la
palabra
mientras el tiempo añeja aquellos
inexpresables sabores
en la disolución del texto
el silencio se torna lenguaje
visible u oculto
el texto se expresa
He rozado la palabra indecible
ella me ha tocado con su secreta
sensibilidad
a sus pies con las sedas de sus modos me sonríe
y ligera se despide en el humo evanescente
de lo inaprensible