domingo, 10 de mayo de 2020

Símbolos del confinamiento.



Las libélulas danzan por el aire en el perfecto balance de su vuelo pero nadie puede verlas ni disfrutar de su baile.

Un viento solitario transita por las calles y por los campos, anda por donde quiere, despierta emociones por todos lados, tal vez por los silbidos en las ventanas o por una percepción incierta y cambiante de  los humanos.

La novela de suspenso que todos escribimos se extiende y los instructivos de los expertos  se modifican  a cada rato.

Graciela dice que el único que trabaja es el inconsciente y  yo agrego –a destajo-.

Nos encerramos aún en los días claros, replegados en los ánimos nublados.

Las aguas de los ríos y de los lagos se han aclarado, aún resta tiempo para salir a mirarlos.

Los abrazos son imaginarios.

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