jueves, 12 de marzo de 2020

Lugares impensados.




Hay una porfía inconsciente en mí
una obcecación inadvertida de encontrar alternativas
con el cuerpo con la mente y  las palabras

la búsqueda pertinaz de las ochavas
el intersticio que hay entre dos baldosas agrietadas
la argamasa de barro en las casa de campo con ladrillos de intemperie

esa obsesión para sembrar mis osadías
o esas luchas contra cualquier sumisión a los dolores
resistiendo los soles los vientos y los fríos

en los bordes de los renglones, lejos de sus convenciones
en los márgenes de la escritura y del habla
en los  límites de las  hojas, desde el umbral de aquella casa

la acción la idea y el amor
pueden dar cuenta
si persiste la coherencia

el obstinato de los versos con su  lluvia fina
repitiendo sus leyes, hábitos de palabras, trabajos y labranzas
tal  vez, quizás por ello,  nos  miran cuando florece el campo




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