“La
relación es el reto de cada día” Krishnamurti
Cierta vez me dijeron que hay que separar el amor (todos los tipos de amor) de las
expectativas ¡suena fuerte no! tampoco creo que sea posible, aunque es
interesante de considerar, tal vez sea aconsejable tomar cierta distancia entre el amor y esa
esperanza o ilusión, suspender por un momento, para su análisis, esa larga
lista de exigencias de “quisiera”, “deberías o tendrías”. A veces algún grado
de renunciamiento nos aporta paz y más satisfacciones.
Soy lo suficientemente egoísta para decir que espero algo de
las personas que quiero. Todo vínculo, toda relación implica una expectativa,
por consiguiente todos estamos muy expuestos a una cadena de emociones que
puede comenzar con algunos enojos, más
luego con penas para terminar en los desencantos o las
decepciones, generales de la ley que también me incluyen ya que todos contamos
con esa “capacidad de decepcionar”.
Lo paradójico resulta que si buscamos encontrar las personas completas con quienes estar, estaremos entonces condenados a estar solos.
Las relaciones tienen más que ver con la confianza, a cierta apuesta en la
interdependencia con el otro , a que la
cosa funcione con subjetividades y singularidades mediante, con esas necesarias
diferencias, una suerte de ecología amorosa.
Partamos de una realidad irrefutable, los seres humanos
somos imperfectos, dicha verdad encierra también una gran posibilidad, podemos si deseamos y
queremos, y hacemos algo al respecto, aprender hasta el fin de nuestros días.
El cambio es posible, más no es sencillo, en principio es
necesario aceptar nuestra condición humana, cada cual tiene sus capacidades y
torpezas, y sabe lo que puede dar y lo que no tiene para dar. Sería sano también saber lo que los
demás nos pueden dar y no exigir lo que no nos pueden dar. De esta forma las expectativas
serían más probables y realistas.
Los caminos son diversos, nuestra historia construye nuestra
subjetividad, de tal suerte que siempre habrá múltiples percepciones, múltiples
miradas, múltiples culturas…
La certeza más notoria en las relaciones es la incertidumbre
en las relaciones. Las leyes en ese sentido están sujetas a constantes
revisiones. Los caminos son personales, hacer un plano de ellos, cuando los
tránsitos puedan ser satisfactorios, no le sirven a los demás, sólo confirman
que a veces es posible.
En estos aspectos somos alumnos perpetuos, aprendices
eternos. Cada cual lleva en su universo galaxias de emociones y sentimientos y
también aquellos agujeros negros. Las lecciones de vida son verdades
existenciales personales, nunca absolutas.
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