Tal vez no se pueda cambiar la propia naturaleza, pero si
se puede cambiar algunas decisiones y respuestas de nuestra condición.
El amor no es prudente, hay pasiones que se excluyen, más
es importante saber que no hay emociones que la conciencia no transite, tampoco
es sano juzgarlas como positivas o negativas,
sin todas ellas no hay sabiduría.
Cuando nos alejamos de lo amoroso estamos equivocando el
camino.
La tristeza es un rocío que cae con lenta parsimonia en
la madrugada de una noche solitaria y silenciosa. En ese paisaje de turbia
distancia tolera la quietud hasta que
empiece la mañana y afrontes el día.
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