jueves, 10 de mayo de 2018

El toldo rojo de Bolonia de John Berger.




Igual a una llovizna fina te refresca, en su tenue persistencia el clima se concentra en una  bella  prosa poética.
Los afectos primeros acompañan los hallazgos de lecturas y de viajes. El tío Edgar  “…que lo creía eternamente joven porque no estaba anclado en ningún momento, ni del pasado ni del futuro…”.
Descripciones potentes con detalles sutiles mientras uno pasea calmo por Bolonia.
El cuerpo y las percepciones en la escritura y en el lector, comidas, vinos, sabores “…la mortadela…el vino blanco…el café…su sabor permanece en la boca casi una hora. Le hace compañía al cerebro…los passatelli… el lemoncello…”.
El relato de las esculturas “…lo que el viento hace con sus ropas…”
Hay páginas concentradas en un solo renglón.
Se nota que Berger es pintor y crítico de arte, esas pasiones se notan en su escritura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario