domingo, 3 de julio de 2016

Meta aprendizajes.


Bien dicen que entre aprendices y enseñantes el que más aprende es el que enseña…
Puedo ver y verme en esta montaña que escalo, me detengo un tiempo para tomar agua y observar lo andado ¿Qué aprendimos de aquel tiempo y de aquellos  territorios de asombros transitados?...

A través de la vivencia comprendí que el cuerpo también es un maestro, que su narrativa es el movimiento y que sus traducciones son  lentas y de inteligentes momentos de  silencios. De aquellas historias el cuerpo revive en sus recreos, soy dócil a la ciencia de sus secretos…

Aquellos ejercicios me llevaron a un salto de conciencia, esas oportunidades que me permitieron sentir, describir lo que pasaba y darme cuenta de mi  mundo interno…
Tengo confianza en los propios lugares que gobierno, en mi área de incumbencias dónde puedo decir, pensar y hacer, a veces toco el cielo cuando alineo aquellos verbos de  mis pequeños universos, ya no me inquieta el tiempo, no controlo al otro y apuesto a los proyectos compartidos  a esos colectivos horizontes…

Valoro los avances emocionales, la osadía que permite tolerar la incertidumbre, tener una estrategia de esperanza, ganar con firmeza  tiempo y espacio más que ostentosos resultados, confiar en el proceso, en los pequeños y sostenidos cambios. Hacer aquí y ahora lo que puedo, lo posible y necesario, algo que sume aunque sea diminuto y aparentemente precario…

Desde entonces practico la poesía con extrañas convicciones, conozco otras vidas, otros paisajes, otras ciudades, otros modos, juego en los renglones y en esa magia multiplico mis visiones, me germinan desconocidas emociones…

Me peleo con mis miedos, a veces gano, a veces pierdo, el avance es que ahora los enfrento…

Ya soy un militante de la palabra, participo de aquella circularidad de tonos y matices, del respeto a sus formas y sus modos, las reglas que hacemos entre todos…

Me esfuerzo por pensar, y viajo  por todas sus galaxias, justifico, doy razones, argumento, comparo,  diferencio, analizo…leo, escribo…también  sufro  sus dolores, el cansancio y las tensiones, asumo los conflictos y las difíciles elecciones…

Resisto con inteligencia las violencias e incoherencias, las injusticias de los variados sistemas, resisto con las banderas de la crítica y los golpes repetidos de las  insistencias…

Ya no tengo aprendizajes de segunda mano, los míos ya son propios y elegidos, interpelo mis premisas, las reviso y reorganizo cuando ellas  no pueden  sostener mis pensamientos, trabajo arduo, incompleto y perpetuo indagar las creencias y los sueños…


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