Es en el vacío del nivel, en sus lágrimas,
donde encuentro el equilibrio y mis excesos.
los destornilladores ajustan y aflojan mis dolores,
la plomada alinea esta postura encorvada,
las pinzas hacen los ajustes que me faltan,
el buscapolos encuentra los circuitos que fallan,
en la morsa afino los detalles,
el metro pone las cosas en sus medidas y escalas,
las tijeras hacen recortes en mi memoria,
los martillos rompen mis candados,
el torno esmerila mis torpezas,
es verdad que no puedo arreglar todo
ah! si pudiera resolver otros problemas
con el serrucho, la sierra o el pincel
con el alicate, la escofina o la llave inglesa,
más la poesía siempre encuentra lo mágico
ese gastado lápiz de carpintero, donde,
en virutas de madera escribo este verso.
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