martes, 23 de septiembre de 2014

Poemario: Siete mujeres.



  • ·        La muerte.
  • ·        La diferencia.
  • ·        La esperanza.
  • ·        La decepción.
  • ·        La alegría.
  • ·        La pérdida.
  • ·        La ternura.




La muerte.

Algunos dicen que es una ramera porque todos terminan acostados con ella, sin contar que sea varón o mujer su vestimenta. Yo, creo comprender su vida (?)...

Ella vino a mí por ese fuego
en busca de cierta calidez
-una virtud que no tenía-
ella era una mujer fría,
se tapaba con mis sábanas
cuándo en mi cama se metía,
el rojo de mi cara le atraía
contrastaba con la tez pálida
y su piel de ceniza,
tal vez eran  mis ojos claros
-ella una mirada perdida-
me visitaba en el verano,
llegaba del norte
al opuesto de mis días,
me asistía en mis arritmias,
después se alejo
cuando otras noches
soñaban  otras vidas.
Creo que buscaba en mi corazón
aquella comprensión tardía,
me dejo esa tristeza profunda:
la página blanca de su dolor,
el vacío  de sus quehaceres
y el negro martirio del  hastío.



La diferencia.

¡cuánto tengo que aprender de ella!
separa los claros y los oscuros,
con maestría lo sutil de lo burdo,
tamiza lo superficial de lo profundo

¡cuánto tengo que aprender de ella!
los suaves mensajes del cuerpo,
ese amoroso contacto
ese  silencio dialecto.




La esperanza.

Estoy más tiempo  con esta mujer,
no la busco por ser un ciego creyente
de su por-venir
ni por sus conjeturales paraísos,
aunque adhiero a su horizonte,
me gusta su ánimo
la actitud de vivir todos los días
con las ganas del domingo



La decepción.

Oculta su cuerpo en  envolventes sedas,
hoy es una mujer fea pero antes fue muy bella,
una expectativa de ojos grandes
-lo inmenso estaba afuera de ella-
el tiempo destiñe los colores y aquellos brillos


La pérdida.

Es una ausencia, un recuerdo
que eterniza esta neblina,
un teléfono que no suena
después de una larga estadía,
una agenda  que se achica
una letra que no escribe
-         esas frases de  osadía -
alguien que ya no dice
alguien que ya no hace
alguien que dejo sus dichos
para que alguien los repita


La alegría.

Es una danza que me incita
un salto de energía,
ella conmigo transpira,
vuela, se suspende, gira
y hasta cuando cae
me regala una sonrisa.

La ternura.

Tiene manos amorosas,
la delicadeza de una caricia,
contraria a los chantajes
de  las mercancías,
denuncia el comercio de los afectos
cuida los gestos, los contactos y nos mima.



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