Te escribo
en la llovizna de esta mañana,
en mi otoño
con primaveras de palabras,
he dejado en aquellos veranos
mis huesos escondidos
en la llanura de tu espalda,
y ahora vuelvo a ellos
cuando el mundo anda a las
patadas,
te amo sin decirte una palabra
las escribo en aquellas curvas
que esculpe las gubias de mis
ganas,
me demoro en los refugios
cuando tocan las sirenas
cuando andan sueltos los “Famas”,
escribo en los renglones de tus silencios
en los espacios vacíos de otros versos,
escribo en tu vientre callado
y te cuido con mis armas:
las palabras.
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