martes, 30 de octubre de 2012

La lengua sagrada




¿la lengua era de dios
o de los hombres?

¿qué albedrío tendrían    las  personas
si no pudieran   crear con ella su realidad?

¿acaso no es sagrado
nombrar el amor en las mañanas?

¿existe la verdad
sin la palabra?

¿y esta fantasía de la escritura
no es también  confirmar una existencia?


sábado, 27 de octubre de 2012

El músico de la calle Ben Yehuda.






A muchos les extrañaba sobremanera

que un hombre interesado por la lengua

tuviera su calle –quizás pensaban que para ello-

había que ser general o presidente, o ambas cosas;

por aquella travesía un hombre tocaba su mandolina,

también podría haber sido en París cerca del Sena

o por Corrientes en Buenos Aires;

de pronto sonó la cuerda impensada

y en la nota olvidada el recuerdo disparaba,

la palabra indecible de la emoción

llovizna suave de ese canto extraño de la infancia,

la caja de música secretos guarda

la voz cantada de las entrañas.



viernes, 26 de octubre de 2012

La renovación.




Después del viaje a aquellos territorios,
cambió  el ropero de invierno por el de verano,
se deshizo –a pesar del inestable octubre-
de viejas remeras y algunos abrigos
que se había puesto hasta el hartazgo.
Se desprendió de viejos hábitos
abreviando –y haciendo caso-
a sus verdades personales,
ya no pensaba en lo largo de la vida
sino en lo ancho y  profundo
La energía era menor  -aunque  bien orientada-
se notaba  alguna sutil diferencia
en algunos modos, en el  andar,
buscando las atmósferas que mejor le sentaban,
la misma retina descubría otros colores
y algunas pequeñeces se le agigantaban.
Disminuía  los consumos absurdos,
simplificaba los números por letras,
dejaba de disimular los cansancios,
mentía menos – que es igual a decir-
menos hipócrita,
deshabitaba lugares comunes
dejaba atrás las cenizas de los fuegos consumidos.
prendía otras fogatas con caídas ramas.
Era un soplo que viajaba
una estela que no se contentaba
en ser  y hacer lo mismo,
volvía a definir los mismos temas de la vida
lo prosaico y lo poético, las cosas que importaban,
se había sacado la máscara de lo instituido.

sábado, 13 de octubre de 2012

5773



Sobre el polvo del tiempo,

capa tras capa,

los ladrillos de la vida,

y ,esos otros, de cenizas



los hombres que mudan,

los cimientos de un templo

sobre otro se edifica,

mil hojas de su historia se recita



¿quién escribe?

de mudanzas tras mudanzas,

hay escribas que recuerdan,

ese viento y ese polvo que se agita



muro, pueblo, casa,

un mapa que se hace y se deshace,

la tardía espera

y la urgente argamasa



La casa de David Ben-Gurión.



Los libros –soldados firmes-

a la espera de los ojos

y de las manos



en el escritorio: lápices dormidos

¿esos lentes qué habrán visto?

aquellas centésimas de instantes



un tintero –esa sangre-

el secante

y un reloj detenido a las diez y cuarto



extrañas circunstancias

fuertes ideas, grandes amores

y esa vieja paloma tiznada de pólvora



viernes, 12 de octubre de 2012

Viaje






Se aleja de sí ,

toma distancia.

pierde los detalles

y amplia el horizonte,

adquiere cierta levedad

-después de cierta gravedad

que detenía sus avances-

desnudo lleva todo su equipaje,

se vacía de horarios y costumbres

de algunos caprichos que se impone,

al fin adquiere un tiempo

y una voz que le son propios

mientras otros hombres transitan

sus afanes comerciales,

en los mares de sus sales

juega con sus placeres,

el viejo niño del asombro

recuerda sus cosas esenciales,

y el miedo espantado

se diluye…